La Semana Santa en Yucatán no solo es un periodo de reflexión y fervor religioso, sino también una oportunidad para disfrutar de la gastronomía tradicional que se adapta a las costumbres de la Cuaresma. Durante estos días, las familias evitan el consumo de carnes rojas y optan por platillos a base de pescado, mariscos, legumbres y vegetales.
Estos son los platillos más representativos de la Semana Santa en Yucatán
Pescado a la Tikin Xic
Este es uno de los platillos más emblemáticos de la cocina yucateca y una opción ideal para la Cuaresma. El nombre proviene del maya tikin xic, que significa “pez seco” o “pez adobado”.

Se prepara con pescado, tradicionalmente mero o rubia, marinado con recado rojo, jugo de naranja agria y especias, para luego ser cocinado a la parrilla sobre hojas de plátano.
Se acompaña con arroz, cebolla morada encurtida y tortillas.
Te podría interesar
Papadzules
Este platillo prehispánico, cuyo nombre significa “alimento de los señores” en maya, es una opción popular durante la Semana Santa.
Consiste en tortillas rellenas de huevo cocido y bañadas en una salsa de pepita de calabaza, acompañadas de salsa de tomate con chile habanero.
Es una opción vegetariana llena de historia y sabor.
Tortitas de chaya con huevo
La chaya, una hoja verde rica en nutrientes y de gran importancia en la cocina yucateca, es protagonista de estas tortitas.
Se mezclan hojas de chaya picadas con huevo batido, se fríen y se sirven con salsa de tomate. Es un platillo sencillo pero muy nutritivo, ideal para respetar la abstinencia de carne.
Tamales de x’pelón
Estos tamales son una variante especial que se prepara en Cuaresma. Se hacen con masa de maíz mezclada con x’pelón (un tipo de frijol tierno) y se envuelven en hojas de plátano.
Se pueden servir con salsa de tomate o simplemente con un poco de manteca derretida.
La Semana Santa en Yucatán es una época en la que la comida adquiere un significado especial, combinando el respeto por la tradición religiosa con la riqueza culinaria de la región.
Estos platillos no solo cumplen con las normas de la Cuaresma, sino que también son parte del legado gastronómico y cultural del estado, pasando de generación en generación.