Ya sea por ver una serie, por culpa del calor o por ir a una fiesta, no dormir lo suficiente es algo cada vez más común entre los jóvenes. Este comportamiento puede parecer inofensivo, sin embargo, podría afectar de manera considerable la salud de las personas.
No importa si es por una hora o si no has dormido las 7 u 8 horas recomendadas por los expertos, interrumpir el ciclo del sueño de un día para otro es tan perjudicial como dejar de comer o beber agua.
Expertos de la Secretaría de Salud advierten que desvelarse podría provocar desde depresión, ansiedad, padecimientos cardiovasculares, hasta diabetes.
“No dormir ocasiona que el organismo mantenga activado el sistema de alerta, por lo que hay un aumento en secreción de adrenalina, que origina un incremento en la frecuencia cardiaca, sudoraciones, palpitaciones, dolor de cabeza, ansiedad, angustia e irritabilidad”, señaló la psiquiatra Margarita Reyes Zúñiga.
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Además, desvelarse o privar el sueño debilita el sistema inmune, siendo un blanco fácil para que microorganismos y bacterias se instalen en el cuerpo. Esta advertencia también la hacen los expertos de Mayo Clinic. “La falta de sueño también puede afectar la velocidad a la que te recuperas si te enfermas”, indican.
En términos científicos, al dormir el cuerpo libera citocinas protectoras, unas proteínas que ayudan al sueño y combaten enfermedades leves como el resfriado, infecciones o inflamaciones.
¿Cuánto tiempo se debe de dormir?
Es importante recalcar que a pesar de que el sueño es necesario para el ser humano, dormir demasiado puede ser contraproducente, por lo que hacerlo mucho no siempre es mejor.
Según han recomendado algunos expertos, un adulto promedio debe dormir mínimo siete horas por día; un adolescente necesita hasta nueve o 10 horas, y un niño tiene que dormir más de 10 horas. Algunas recomendaciones para hacer esto efectivo, son:
- Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días
- No consumir café o alcohol por la noche
- No hacer ejercicio tres horas antes de dormir
- Cenar ligero
- Usar una cama cómoda