El día de hoy comenzó a aplicarse el refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 para personas de 30 a 39 años de edad en la Ciudad de México, por lo que tal vez algunos reposaron u otros continuaron con sus actividades normales.
Pues hacer noventa minutos de ejercicio de una intesidad leve a moderada después de la vacunación contra el virus del SARS-CoV-2 puede dar un refuerzo inmunológico adicional, según un estudio de la Universidad Estatal de Iowa, Estados Unidos.
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Las personas que pedalearon una bicicleta estacionaria o caminaron a paso ligero durante hora y media después de ser inyectados con la primera dosis de la vacuna Pfizer produjeron más anticuerpos las cuatro semanas posteriores a la aplicación de la vacuna en comparación con quienes siguieron con su rutina diaria, destacó la investigación.
Los investigadores destacaron que los hallazgos podrían beneficiar a personas de diferentes condiciones físicas; casi la mitad de los participantes tenían un índice de masa corporal que podría categorizarse como sobrepeso u obesidad.
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Es importante recordar que los anticuerpos son básicamente la línea de defensa del cuerpo que tiene como objetivo bucar y destruir virus, bacterias, hongos y parásitos; mientras que las vacunas ayudan al sistema inmunológico a saber cómo identificar algo extraño y en respuesta reforzar las defensas del cuerpo.
“Nuestros resultados preliminares son los primeros en demostrar que una cantidad específica de tiempo puede mejorar la respuesta de anticuerpos del cuerpo a la vacuna Pfizer-BioNtech COVID-19 y dos vacunas para la influenza”, dijo la profesora de kinesiología Marian Kohut, autora principal del artículo publicado en la Revista Cerebro, Comportamiento e Inmunidad.
¿Por qué hacer ejercicio prolongado te da refuerzo adicional?
El ejercicio prolongado, de intensidad leve a moderada, podría mejorar la respuesta inmune del cuerpo luego de la vacunación contra el COVID-19, porque la persona que lo realiza aumenta el flujo sanguíneo y linfático, lo que ayuda a circular las células inmunes y de esa manera aumenta la posibilidad de que detecten algo extraño, según Kohut.
"Pero se necesita mucha más investigación para responder al por qué y al cómo. Hay tantos cambios que tienen lugar cuando hacemos ejercicio -metabólicos, bioquímicos, neuroendocrinos, circulatorios. Entonces, probablemente haya una combinación de factores que contribuyen a la respuesta de anticuerpos que encontramos en nuestro estudio", precisó la profesora.
Los investigadores siguen buscando la respuesta en los anticuerpos de los participantes seis meses después de la aplicación de la vacuna.
Y lanzaron otro estudio que se centra en los efectos del ejercicio en las personas que reciben vacunas de refuerzo, así que si hoy te tocó la tercera dosis contra el COVID-19, ya que formas parte del grupo de 30 a 39 años, tendrás que esperar un poco para conocer los resultados de esa investigación.