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Tren Maya: así es el ciclo del agua de Yucatán... ¿está en riesgo?

Son diversas las problemáticas a las que se enfrenta el agua de la Península de Yucatán.

Las problemáticas a las que se enfrenta el agua de la Península de Yucatán Créditos: Radio Fórmula
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Tras darse a conocer la ruta que sería construida para el paso del Tren Maya en estados del sureste del país, activistas, pobladores, y hasta científicos han unido sus voces para pronunciarse en contra del megaproyecto debido a las múltiples afectaciones al ecosistema de esa región.

Y es que aunque a simple vista se ha observado una grave afectación a la selva de la Riviera Maya, la obra insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) también amenaza a una red de cuevas, ríos y cenotes, según han informado los expertos.

Una de las más graves preocupaciones se ha centrado en el agua de la Península de Yucatán, la cual, es considerada como la gran reserva de agua del territorio nacional, cuyo principal origen es subterráneo y que tiene un valor calculado de recarga natural en 21,813 hectómetros cúbicos (hm3), con una disponibilidad de 2,386.82 hm3 al año.

En dicha región el flujo de agua subterránea se mueve de las zonas de precipitación en la masa continental yucateca hacia la costa, donde se realiza la descarga natural del acuífero, incluyendo la del agua dulce dentro del mar.

Dicho flujo se realiza a través de las fracturas de la roca caliza, en un sistema de cuevas interconectadas, y se encuentra vinculado con las lagunas y con el mar.

Cabe señalar que las diferentes propiedades de este tipo de roca la vuelven altamente porosa, lo que facilita la filtración del agua. Esto a su vez, es lo que ha llevado a formar grandes galerías y túneles interconectados que han dado lugar a la reserva más grande de agua dulce de todo el territorio nacional.

Por ello, se ha insistido que la construcción del Tramo 5 del Tren Maya amenaza a un tesoro único: la red subterránea de cuevas, ríos y cenotes, los cuales desembocan en el mar Caribe.

Los ecologistas han afirmado que los trabajos de dicho proyecto, que tendrá una longitud de mil 554 kilómetros, impactarán severamente este ecosistema, así como su fauna silvestre.

Y es que los cenotes al estar conectados con el manto acuífero sirven para abastecer del vital líquido a las poblaciones a través de aljibes.

Los otros responsables de la afectación al agua de la Península de Yucatán

La porosidad de las rocas y las grietas en el subsuelo vuelven al acuífero subterráneo susceptible a la contaminación, esto a causa de las aguas residuales, los plaguicidas, fertilizantes, aceites de motor y diversos líquidos que son vertidos al manto acuífero sin ningún tipo de tratamiento previo.

Recordemos que en la Península de Yucatán no existe un sistema de drenaje público, por lo que la mayoría del agua de residuos termina en sumideros, y estos a su vez se van directamente al acuífero o a fosas sépticas que no cuentan con un tratamiento suficiente.

En el 2014, únicamente el 2.4 por ciento de las aguas residuales recibían un tratamiento, aunado a esto sólo una fracción de la población cuenta con agua potable entubada, por lo que los ciudadanos que viven en zonas rurales no tienen acceso a este suministro, su única fuente de este vital líquido lo obtienen por medio de norias.

No obstante, estos pozos no están regulados por ninguna institución gubernamental que garantice la calidad del agua, lo que conlleva a que la población contraiga enfermedades infecciosas.

Por si fuera poco, aunque Yucatán no se caracteriza por ser una región con gran actividad industrial, lo que llevaría a un mayor incremento en la contaminación del vital líquido, la zona norte de Quintana Roo presenta una presión sobre la disponibilidad de 143 por ciento, a causa del sector turístico.

Lo anterior lleva a un excesivo consumo de agua y a su vez de descargas residuales, que como lo mencionamos anteriormente, ante la carencia de infraestructura para el tratamiento de agua, desencadena en la destrucción de los ecosistemas.

En conclusión el agua subterránea de la Península de Yucatán se encuentra expuesta a diversos contaminantes a causa del crecimiento urbano, industrial, turístico, así como la falta de tratamiento, lo que pone en riesgo el ciclo hidrológico del agua de esta importante zona.