En caso de que el congreso de México apruebe la reforma eléctrica, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), algunas empresas de Estados Unidos tendrían que replantear su permanencia en el país.
El proyecto de cambios a la Constitución pretende revertir la apertura de la industria eléctrica de 2013/14 y dar a la generadora estatal, Comisión Federal de Electricidad (CFE), mayor porcentaje sobre la planeación del sector, además de acotar la participación de empresas privadas.
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Ana López Mestre, directora de la empresa American Chamber of Commerce mencionó que las grandes empresas americanas tienen compromisos climáticos tan serios como poder llegar a operar con el 80 o 100 por ciento de energías limpias en los siguientes 10 años.
"Esto quiere decir que, si no pueden cumplir con sus compromisos porque México no es capaz de proveer suficiente energía limpia, estas empresas no podrían seguir operando en el país", subrayó durante un foro parlamentario sobre la reforma eléctrica.
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Estados Unidos, el principal socio comercial de México y su aliado junto con Canadá en el tratado comercial de América del Norte, TMEC, ha manifestado en varias ocasiones su preocupación sobre las repercusiones que los planes del gobierno de López Obrador traerían a las empresas e inversiones estadounidenses.
Segunda visita de John Kerry a México
Este miércoles, el asesor del presidente de Estados Unidos en materia de clima, John Kerry, visitará México por segunda vez en menos de seis meses y se reunirá nuevamente con López Obrador, para tratar de aumentar la cooperación sobre la crisis climática, incluyendo la expansión de la generación de energía renovable.
Ante esto, AMLO dijo que se buscarán "formas de trabajar de manera coordinada", al ser cuestionado sobre la visita de Kerry a México, y defendió a la CFE de las críticas sobre que su generación de electricidad es sucia.
Kerry estará en México unos días después de la visita a finales de enero de la secretaría de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, quien expresó su preocupación por el plan de reforzar el control estatal del mercado eléctrico, afirmando que podría impedir la inversión y el desarrollo económico en Norteamérica.
"Lo que nos preocupa de la iniciativa es que afectaría la confianza de los inversionistas, comprometería la transición energética y la integración de las cadenas de suministro de Norteamérica y que sí se contrapone a los compromisos que México ya adquirió en el TMEC", añadió López Mestre.
Desde su llegada al poder a finales del 2018, AMLO ha hecho varios intentos por dar marcha atrás a la amplia reforma energética del 2013/14, de la que es un férreo crítico y asegura que solo sirvió para debilitar a la CFE y la petrolera estatal Pemex.
Su administración ha reformado tanto la ley del sector de los hidrocarburos como la de electricidad, pero mucho de esos cambios han sido frenados en tribunales y no han sido aplicados en su totalidad.
El rumbo de la reforma eléctrica de López Obrador deberá definirse en las próximas semanas. El mandatario ha dado pocas señales de querer modificarla, aunque necesita del apoyo de la oposición para obtener los votos necesarios para que sea aprobada tal como la envió al Congreso en octubre del 2021.
Con información de Reuters