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ÓMICRON

¿Ómicron afecta más a los niños? La ciencia dice que probablemente sí

Aún cuando los niños logran recuperarse de Ómicron, a los médicos aún les preocupa que puedan desarrollar COVID prolongado.

Estados Unidos ha registrado un incremento en las hospitalizaciones de niños con COVID.Créditos: Cuartoscuro
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Con el descubrimiento de la variante Ómicron del COVID, altamente transmisible, miles de personas han sido hospitalizadas en todo el mundo, y los niños no han sido la excepción.

En Estados Unidos se alertó de un incremento de hospitalizaciones pediátricas tras la llegada de Ómicron, por lo que la comunidad científica comenzó a preguntarse si realmente esta nueva variante representaba un mayor riesgo para los menores en comparación con otras variantes.

Tales hospitalizaciones pueden parecer preocupantes, pero, de acuerdo con la revista científica Nature, las estimaciones muestran que el riesgo individual de que un niño con Ómicron sea hospitalizado es más bajo entre un tercio y la mitad, que cuando la variante Delta era dominante.

Aunado a esto, los niños hospitalizados no presentan una enfermedad más grave que con otras variantes. Datos preliminares en el Reino Unidos muestran que, aunque ha habido un aumento en la proporción de niños hospitalizados con COVID durante la ola de Ómicron, especialmente en los menores de un año, los niños han requerido menos intervenciones médicas, como ventiladores y oxígeno suplementario. 

No obstante, los científicos todavía están tratando de averiguar por qué Omicron ha provocado un número desproporcionadamente mayor de hospitalizaciones en niños.

En Estados Unidos, por ejemplo, los niños representan alrededor del ciento por ciento de todas las hospitalizaciones por COVID, una proporción hasta cuatro veces mayor que la de las oleadas anteriores de coronavirus.

Una teoría de los especialistas es que estas inexplicables hospitalizaciones pueden deberse a la alta transmisibilidad de la variante en conjunto a la falta de inmunidad acumulada por la vacunación o una infección anterior en los niños, ya que en muy pocos países se ha aprobado el uso de una vacuna para dicho grupo de la población.

El problema radica en que los niños tienen conductos nasales relativamente pequeños que pueden bloquearse fácilmente, por lo que las infecciones pediátricas de las vías respiratorias superiores a veces requieren una atención adicional en comparación con las de los adultos.

Aún cuando los niños generalmente se recuperan de una infección aguda con Ómicron, a los médicos aún les preocupa que puedan desarrollar COVID prolongado.