Bob Pérez, directivo de Baker Hughes en México, reveló que tras una auditoría e investigación independientes, no se encontraron indicios de algún conflicto de interés por la renta de una mansión en Houston a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En una conferencia dentro de las instalaciones de Petróleos Mexicanos, Bob Pérez aseguró que Keith Schilling, dueño de la propiedad, no tuvo ninguna actividad con sus negocios en México ni contacto con los clientes mexicanos o con Pemex, debido a que ese no era su rol.
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"Revisamos los contratos que han salido en los medios que hemos tenido con Pemex y les puedo decir que no encontramos ningún conflicto de interés, nada irregular y totalmente de acuerdo con las leyes mexicanas", expresó.
Baker Hughes aseguró que no tuvo ninguna participación en la transacción de arrendamiento de la mansión mencionada: "la residencia en cuestión nunca ha sido propiedad, ni ha sido gestionada directa o indirectamente por la empresa".
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El presunto conflicto de interés comenzó debido a una investigación de Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en la que aseguraron que el hijo del presidente López Obrador rentó una mansión propiedad de un exdirectivo de Baker Hughes, empresa que presuntamente, acusaron, multiplicó sus contratos con Pemex.
No obstante, el pasado 15 de enero, Pemex informó que, efectivamente, la empresa Baker Hughes tuvo incrementos en los montos que factura a la dependencia debido al incremento de la actividad “no a una concesión especial”.
Por su parte, Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán, dio a conocer mediante redes sociales documentos que muestran que la casa donde vivieron en Houston, Texas, fue rentada de forma regular.
Pero ante el escándalo que la renta de esta mansión ocasionó, el presidente López Obrador señaló esta mañana en su conferencia matutina que, en caso de que existan denuncias en contra de José Ramón y su esposa Carolyn Adams, es viable que se investigue judicialmente el asunto.