Además de la vacunación una de las medidas sanitarias más eficaces para prevenir el contagio de COVID-19 es el correcto uso de cubrebocas; sin embargo, no todas las mascarillas nos brindan una alta seguridad al usarlos, por ello, te traemos algunos tips con los que puedes darte cuenta qué tan eficaz es dicho accesorio.
De acuerdo con la Comisión Especial para la Atención de la Emergencia por COVID-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cubrebocas de tela es necesario que sea de una fibra natural como el algodón y que tenga tres capas, al igual que una mascarilla quirúrgica desechable.
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Para medir la efectividad de un cubrebocas quirúrgico frente al virus del SARS-CoV-2, sólo basta con percatarse si impide el paso de la luz.
La UNAM ha mencionado que las mascarillas con mayor eficacia son: N95, KN95, KF94, FFP3, FFP2, FFP1, mismos que deben usarse en situaciones donde el riesgo de contagio sea mayor, como puede ser al atender a un enfermo en casa, en un consultorio o en un hospital.
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Debido a que la disponibilidad de estos cubrebocas es limitada y ante la incomodidad de usarlos por un largo periodo de tiempo, se recomienda al público en general no emplearlos para un uso común, pues podrían generarse riesgos adicionales ante su utilización inadecuada o interrumpida.
La Comisión Especial para la Atención de la Emergencia por COVID-19 recalca que el uso correcto de cubrebocas consiste en cubrir perfectamente la nariz y boca, éste debe estar ajustado al puente de la nariz y a la piel de la cara sin pliegues, para evitar la entrada libre de aire por las comisuras.
Mientras que aquellas personas que optan por usar doble cubrebocas para aumentar la protección, se aconseja combinar dos tipos diferentes de mascarillas y colocar primero el de mayor eficacia y encima el de menor.
Recordemos que a lo largo de la pandemia del coronavirus se ha recalcado que el uso de cubrebocas es debido a que la principal forma de contagio del virus causante de COVID-19 es por medio de los aerosoles que produce una persona infectada con el virus (con o sin síntomas) y que se forman al respirar, hablar, toser, estornudar, soplar, gritar, cantar y respirar.
El uso de las mascarillas disminuye la cantidad de virus que exhala una persona infectada y limita la cantidad de virus que inhala una persona que se encuentre cerca.