Antes de la aparición del COVID-19, los cubrebocas se consideraban desechables y después de una jornada se tiraban, comentó en un video el doctor Alejandro Macías integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia de Coronavirus de la UNAM; sin embargo, antes los retos de la pandemia, mandarlo al bote de basura enseguida ha dejado de ser una opción.
No obstante, cada cubrebocas, por el material con el que están hechos, tiene un periodo de vida diferente. Por ejemplo, comentó que los N95 o KN95 pueden ser reutilizados hasta una semana si se guardan en una bolsa de papel, pero llega el momento de tirarlos a la basura cuando los elásticos se fatigan, y se comienza a deshilachar por dentro.
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En un artículo del IMSS, la doctora Paola Johana Hernández Rodríguez coincide con Macías, y conserva que el uso intermitente de este tipo de mascarillas alarga la vida útil; pero consideró que no se debe usar más de 24 horas continuas.
Asimismo, Iván Puente Lee, académico de la Facultad de Química, expresó que un tapabocas N95 o KN95 dejarán de funcionar si se lavan con agua y jabón o alcohol; también recomienda no usar maquillaje pues se pega a las fibras y se deberá ir a la basura, esto durante la sesión webinar La Facultad de Química de la UNAM: acciones e investigaciones sobre el COVID-19
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Para los cubrebocas quirúrgicos, Macías indicó que el procedimiento es similar, aunque su vida útil puede alcanzar sólo los 2 o 3 días, máximo. Aquí también queda a consideración personal el momento de tirarlos; pues cuando pierden la forma o también se deshilachan, ya han cumplido su vida útil.
Por otra parte, para las mascarillas de tela, el momento de irse a los desechos puede ser aún más largo, ya que estos sí se pueden lavar con agua y jabón en el lavabo, ponerse al sol y usarse una vez más. Será momento de despedirse de ese cubrebocas cuando no cubra bien la cara porque los elásticos ya no funcionan igual.