La guerra entre Rusia y Ucrania sigue su curso en el territorio ucraniano debido a la invasión militar que ordenó el presidente ruso, Vladimir Putin, y la ciudad de Crimea es un punto clave, que se convirtió en el foco del conflicto en los últimos días dado que los del Kremlin piden que se les dé la independencia.
Moscú declaró ayer que podrían detener su ofensiva militar en Ucrania, pero sólo si Kiev acepta sus condiciones, que incluyen el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la independencia del Donbás, así como las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk.
Te podría interesar
Crimea, ¿por qué es el foco de la guerra?
La península de Crimea es la primera clave de las hostilidades entre ambos países. Esta región saliente al Mar Negro pertenecía a Rusia, pero se la cedió a Ucrania en 1954, como un gesto de buena voluntad y cuando ambos formaban parte de la extinta Unión Soviética.
Para el año de 1991 y con el desmembramiento de la Unión Soviética, Rusia empezó a reclamar la soberanía de la península, pero fue hasta 2014 cuando se hizo un referéndum donde se le preguntó a los habitantes si querían formar parte del territorio ruso o ucraniano... la mayoría votó a favor de unirse a la Federación Rusa, aunque el resultado habría estado presuntamente "amañado".
Te podría interesar
Esto comenzó a intensificarse a finales de 2013 debido a un histórico acuerdo político y comercial con la Unión Europea (UE) que suspendió el presidente prorruso, Víktor Yanukóvich, desatando una serie de protestas violentas en Kiev.
La situación fue aprovechada por los rusos que, después de la encuesta, anexaron a Crimea a su territorio, con el pretexto de que estaban defendiendo sus intereses y los de los ciudadanos de habla ruso en dicha región.
Posteriormente, la Asamblea General de las Naciones unidas declaró la anexión como un hecho ilegal, por lo que no se reconocía ese territorio como parte del país gobernado por Putin.