El gobierno de Rusia, encabezado por Vladímir Putin, estaría utilizando las redes sociales y los grupos de mensajería privados para reclutar una nueva brigada de mercenarios para luchar en Ucrania junto con al ejército.
Apenas ayer el presidente ruso, aseguró que su país estaba dispuesto a utilizar 16 mil voluntarios de los países de Medio Oriente en la invasión de Ucrania, sobre todo, en las operaciones que lleva a cabo en la región del Donbás, lo que reforzó la teoría de que el Kremlin estaría nutriendo la "operación militar especial" con mercenarios de otros países.
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Al respecto, la BBC informó que pudo hablar con un mercenario en servicio y un ex combatiente con estrechos vínculos con una de las principales organizaciones mercenarias de Rusia, que compartió detalles de la campaña de reclutamiento.
El mercenario en servicio habría revelado que muchos veteranos de la organización secreta Wagner fueron contactados en un grupo privado de Telegram unas semanas antes del comienzo de la guerra. Fueron invitados a un "picnic en Ucrania", con referencias a la degustación de "Salo", una grasa de cerdo que se come tradicionalmente en Ucrania.
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Esto, a través de un mensaje que llamaba a "aquellos con antecedentes penales, deudas, vetados de grupos mercenarios o sin pasaporte externo" a postularse, incluyendo a los de "las áreas ocupadas por Rusia de las repúblicas de Luhansk y Donetsk y Crimea, cordialmente invitados".
Aunque oficialmente el grupo Wagner no existe, pues servir como mercenario va en contra de la ley rusa e internacional, se cree que hasta 10 mil operativos han firmado al menos un contrato con la organización en los últimos siete años.
El mercenario en servicio aseguró a la agencia de noticias que los nuevos reclutas están siendo colocados en unidades bajo el mando de oficiales del GRU, la unidad de inteligencia militar rusa del Ministerio de Defensa.
Candace Rondeaux, profesora de estudios rusos, euroasiáticos y de Europa del Este en la Universidad Estatal de Arizona, explicó que esto parece ser parte de una tendencia reciente a alejarse de la reputación del grupo Wagner, ya que "la marca está contaminada".
Wagner se ha enfrentado a repetidas acusaciones de abusos contra los derechos humanos y crímenes de guerra en sus operaciones en Siria y Libia.
Los reclutas estarían siendo entrenados en la base de Wagner en Mol'kino, en el sur de Rusia, junto a una base del ejército ruso.
Además de los grupos de mensajería privada, se habría utilizado una campaña pública en Rusia para reclutar mercenarios, a través de la plataforma rusa de redes sociales VK, una página que se describe a sí misma como especialista en actividades de seguridad.
VK publicó un anuncio durante la primera semana de la invasión llamando a "guardias de seguridad" de otros países de la ex Unión Soviética a solicitar "el extranjero cercano", en referencia a Ucrania.
Aunque anteriormente los antecedentes penales eran un bloqueo para aquellos que querían unirse a los mercenarios, esta vez se impusieron restricciones a cualquier persona nacida fuera de Rusia debido a dudas sobre la lealtad.
Jason Blazakis, investigador principal del Centro Soufan, un grupo de expertos en seguridad con sede en Estados Unidos, aseguró que hay una "alta demanda de combatientes" y para marcar la diferencia en el terreno "van a necesitar miles de mercenarios".
Hasta ahora, se ha informado que unos 400 combatientes del grupo Wagner han estado en Ucrania. El grupo Wagner fue identificado por primera vez en 2014, cuando respaldaba a los separatistas prorrusos en el conflicto en el este de Ucrania.
Además, el combatiente de Wagner explicó a la agencia que en los primeros días de la invasión de Ucrania fue enviado a la segunda ciudad del país, Kharkiv, donde dijo que su unidad completó con éxito una misión sin revelar de qué se trataba, por la que le pagaron 2 mil100 dólares (mil 600 libras esterlinas) por un mes de trabajo, luego del que pudieron regresar a Rusia.
Blazakis consideró el uso de mercenarios como una "señal de desesperación" para mantener el apoyo del público ruso, luego de que la invasión a Ucrania provocó varias protestas en Rusia, con miles de personas arrestadas.
A la par, agregó que el uso de mercenarios le permite al Kremlin "mantener bajo el número de muertos porque los mercenarios se usan como carne de cañón". Moscú siempre ha negado cualquier vínculo con grupos mercenarios.