Aunque Vladimir Putin esperaba una operación militar especial en Ucrania sencilla y llena de éxito, tras 15 días de combate, el líder ruso no ha logrado cumplir con sus objetivos, mismos que se han visto obstaculizados principalmente por el desempeño de francotiradores ucranianos.
El trabajo de estos francotiradores se ha convertido en un dolor de cabeza para el presidente ruso, mismo que compartiría nada más y nada menos que con Adolf Hitler.
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¿La razón? Los días pasados fue confirmada la muerte de Andrey Sukhovetsky, comandante del 41° Ejército de Armas Combinadas del Distrito Militar Central de Rusia, quien fue asesinado por un francotirador ucraniano desde mil 500 metros de distancia.
Dicho acontecimiento representó un duro golpe a la ofensiva militar que ordenó Putin contra su país, la cual, comenzó el pasado 24 de febrero.
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Por si fuera poco, recientemente se anunció la llegada de un francotirador canadiense llamado “Wali”, quien arribó a Ucrania con el fin de apoyar a dicha nación frente a los ataques de Rusia.
El elemento retirado de las Fuerzas Armadas fue el responsable de terminar con la vida de decenas de enemigos durante la guerra de Afganistán, además cuenta con dos récords, uno de tener el mayor número de muertes a distancia, y el segundo de disparar hasta 3.5 kilómetros de distancia, proeza que no ha podido ser igualada.
Wali tiene un promedio de muertes enemigas de siete al día, pero puede causar hasta 40 bajas en una misma jornada de combate, por lo que el canadiense es considerado como una leyenda de las fuerzas armadas.
¿Por qué los francotiradores fueron una pesadilla para Hitler?
Durante la batalla de Stalingrado, el cual, fue un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética frente a la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje, por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado, se presentó una baja de más de 2 millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos, por lo que es considerada la más sangrienta en la historia de la humanidad.
Este conflicto fue ganado por la Unión Soviética, triunfo que representó el principio del fin del nazismo en Europa, dado que la Wehrmacht nunca recuperaría su capacidad ofensiva ni obtendría más victorias estratégicas en el Frente Oriental.
Tal como ocurre actualmente en el conflicto entre Rusia y Ucrania, la batalla de Stalingrado también destacó por el desempeño de francotiradores soviéticos quienes lograron debilitar al ejército alemán, al terminar con la vida de oficiales, soldados y hasta francotiradores.
Entre los elementos soviéticos destaca Vasili Záitsev, quien se convirtió en un héroe nacional por ser el autor de 242 muertes de soldados y oficiales de las fuerzas armadas de la Alemania nazi. Incluso hay una película, Enemigo al Acecho, con Jude Law, que narra sus hazañas.
Sin embargo, Záitsev también logró terminar con la vida de 11 francotiradores alemanes, entre los que se encuentra el mayor Erwin Konig, quien era uno de los mejores tiradores de élite del ejército alemán.