En los últimos años se han popularizado las dietas relacionadas con el ayuno intermitente que sugieren pasar la mayor parte del día sin consumir alimentos, pero ¿qué pasa con tu cuerpo si tienes más de 12 horas sin comer?
El ayuno intermitente significa que no comes durante un periodo de tiempo o de la semana. Algunos de estos 'enfoques' sugieren ayunar por periodos desde 16 horas y hasta 2 días enteros, lo que significa un riesgo para la salud.
¿Qué pasa si duras más de 12 horas sin comer?
De acuerdo con Lilia Hernández Alvarado, coordinadora delegacional de Nutrición del Instituto Mexicanos del Seguro Social (IMSS), el ayuno intermitente no es una opción a largo plazo, ya que pasar más de 12 horas sin comer puede generar efectos secundarios como sensación de hambre, irritabilidad, náuseas, dificultad para concentrarse y ansiedad.
La especialista explicó que el ayuno intermitente tiene como objetivo aportar menos calorías de las que el cuerpo necesita para que el metabolismo pueda utilizar otros nutrientes, principalmente las grasas, como fuente de energía y con ello lograr la reducción de peso, medidas corporales y porcentaje de masa grasa.
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Sin embargo, dejar de comer por varias horas deja al cuerpo sin glucosa (azúcar en la sangre) al cerebro, lo que disminuye la capacidad para concentrarse y memorizar, además de que si los ayunos son constantes se puede provocar daño neuronal, irreversible en algunos casos.
Hernández Alvarado indicó que por esta situación la práctica del ayuno intermitente puede ser particularmente riesgosa en adultos mayores de 70 años, niños y adolescentes.
“Tampoco se recomienda en personas con antecedentes de trastornos de la alimentación, ni personas que padezcan ansiedad o depresión ya diagnosticada por un especialista de la salud mental. No lo vamos a recomendar a personas con enfermedad renal crónica porque tienen un metabolismo completamente diferente de las grasas y las proteínas, por la naturaleza de su enfermedad”, indicó.
Además, existen diversos estudios que han demostrado que la omisión del primer alimento del día y también de horarios en la estructura para el resto de los alimentos aumenta el riesgo de obesidad, de hipertensión y diabetes. A estos se suman el riesgo de padecer gastritis, ya que al no recibir alimentos, el ácido gástrico irrita en forma constante al estómago.