Los pepinos forman parte de una gran cantidad de platillos en México, por lo que las personas del país suelen comprarlos y agregarlos a su comida, pero no sin antes intentar quitarles el sabor amargo cortando los extremos y frotando las orillas con el resto de la hortaliza.
Dicha práctica es algo común de ver en la cocina de miles de familias mexicanas, sin embargo, no es la manera correcta de hacerlo, según Gustavo González Aguilar, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
¿Cómo quitarle lo amargo al pepino?
Gustavo González, investigador de la CIAD, indica que la única forma de consumir un pepino sin sabor amargo es eligiendo aquellos que se encuentren maduros.
El profesor explicó en el portal de la CIAD que las plantas pertenecientes a la familia de las cucurbitáceas, como el melón, calabacita, sandía, calabaza y pepino, sintetizan metabolitos llamados cucurbitacinas, que son las responsables del sabor amargo.
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Las cucurbitacinas funcionan como defensa contra plagas y van disminuyendo conforme pasa el tiempo, así que cuando se escoge un fruto maduro, la posibilidad de que tenga un sabor amargo es menor.
Por lo tanto, el ritual de frotar los extremos del pepino no afecta al sabor final del mismo, es decir, que esto no tiene la capacidad de quitarle ese sabor amargo.
Lo que sí es verdad es que la mayor cantidad de dicho metabolito se concentra en el extremo del tallo del pepino y en las orillas del fruto, por lo que estas pueden tener un sabor más amargo.
En ese sentido, es común que se desechen los bordes del pepino, pero aunque el sabor sea desagradable no representa ningún riesgo para la salud de las personas.
El pepino, de acuerdo con información de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es un fruto que puede aportar fibra, vitamina C, A y E, así como vitaminas del grupo B tales como folatos, B1, B2 y B3.