El cacao es un fruto muy popular de la historia de México. Tan destacado que se dice que el emperador azteca, Moctezuma, lo bebía muy seguido a lo largo del día. Aunque en aquel entonces el chocolate era muy distinto al que conocemos hoy en día, existen algunas variantes de la bebida y lo puedes preparar desde la comodidad del hogar.
El xocoatl, como le llamaban en aquel entonces, era una bebida espesa y muy amarga, preparada con agua, maíz y otras especias como la vainilla, chile, ají, achiote, canela y miel para endulzar. Exacto, esta bebida no contenía ni azúcar, ni leche, que es a lo que normalmente estamos acostumbrados.
Se dice que Moctezuma disfrutaba del xocoatl antes de verse con sus esposas porque “le daba acceso a las mujeres”, según explica el cronista Bernal Díaz del Castillo en su libro “La Verdadera Historia de la Conquista de Nueva España”. También menciona que el emperador tomaba hasta 50 jarras grandes de este líquido.
Tanto era el valor del cacao, que incluso fue utilizado como una moneda, y era reservado para la nobleza y los guerreros.
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En la actualidad, la variante más cercana a esta bebida es el pozol, —aunque también se le relaciona con el pochotl— que es muy popular en el sur de México, sobre todo en Chiapas y Tabasco.
Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), este líquido otorga energía y refresca al mismo tiempo gracias que es una “bebida comestible” y calma el hambre.
Ahora bien, si te quedaste con el antojo de probar el pozol, lo puedes preparar en casa, sólo tienes que seguir los siguientes pasos:
Ingredientes:
- 1 taza de masa de maíz (harina de maíz nixtamalizado)
- 4 tazas de agua
- Miel al gusto
- Cacao al gusto
- Opcional: canela en rama, vainilla
Preparación:
En una olla mediana, revuelve la masa de maíz con el agua hasta obtener una mezcla homogénea. Asegúrate de disolver bien la masa para evitar grumos.
Cocina la mezcla a fuego medio-alto, revolviendo constantemente para evitar que se pegue. Continúa cocinando hasta que la mezcla comience a espesar y adquiera una consistencia similar a la de un atole.
Reduce el fuego a medio-bajo y añade la miel al gusto, revolviendo para que se disuelva por completo.
Si deseas añadir sabores adicionales, puedes agregar una rama de canela, extracto de vainilla o cacao en polvo a la mezcla y continuar cocinando durante unos minutos más para que los sabores se integren.
Retira del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente o refrigera para servirlo frío. El pozol puede espesarse aún más al enfriarse, así que, si lo prefieres más líquido, puedes agregar un poco de agua y hielos antes de servir.
Sirve el pozol en vasos o jícaras y disfrútalo solo o acompañado con algún alimento tradicional como tamales, empanadas o pan dulce.