Seguro te ha pasado que después de haber comido te sientes cansado, agotado y sin ganas de continuar el día. Esto ocurre debido a que algunos alimentos liberan ciertas hormonas que pueden causar cansancio, sobre todo si se trata de comida que tiene altos niveles de carbohidratos y proteínas, según indican especialistas de Cleveland Cllinic, en Estados Unidos.
Para combatir este malestar, conocido científicamente como somnolencia posprandial, es indispensable primero saber si se está descansando de la manera correcta. Es decir, dormir por las noches al menos siete horas.
Algunas personas se dejan llevar por esta sensación y caen rendidos en el sofá para darse una siesta de unos minutos. Según detalla Sleep Foundation, estudios han encontrado que las siestas de 15 a 30 minutos después de la comida funcionan para sentirse menos somnolientos y más alerta durante el resto de la tarde.
Sin embargo, advierten que la siesta no debe sobrepasar este tiempo y alargarse por horas, ya que puede ser contraproducente y generar más somnolencia.
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Ahora bien, otro estudio de la Universidad George Washington encontró que caminar en lugar de darse una siesta después de la comida, esto con el fin de mantener el cuerpo activo y la mejora en los niveles de azúcar en la sangre que aumentan entre los primeros 30 a 60 minutos después de la comida. Basta con dar un paseo de 15 minutos para mantener al cuerpo saludable.
Ahora bien, si se combinan estas dos técnicas, es importante realizar la siesta después del paseo y no al revés, según explican los expertos. Eso sí, siempre siguiendo la indicación de no sobrepasar los 30 minutos para no alterar el ciclo del sueño.
Como verás, ambas opciones son factibles y tienen beneficios. Darse una siesta después de la comida ayudará a que recuperes energía, pero si tienes la oportunidad de salir a caminar, toma esta opción.