Una ola de calor "golpea" al país debido a un sistema anticiclónico, lo que ha provocado elevadas temperaturas en la mayor parte de las entidades, incluyendo la Ciudad de México y el Estado de México.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, esta situación se extenderá toda la semana, por lo que la población debe tomar medidas preventivas ante el calor, como mantenerse hidratados y no salir sin protector solar y gorra o sombrero.
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La importancia del protector solar facial
La piel del rostro es un indicador de nuestra salud, además, su apariencia afecta nuestra autoestima, pues el rostro es la parte más visible y expuesta del cuerpo. Esto lo convierte también en la más susceptible a factores externos, por lo que debemos cuidarlo.
Es importante usar un protector facial diario porque la cara está más expuesta al sol y a los rayos UV. Además, esta zona del cuerpo tiene una piel más fina, por lo que es más suave y susceptible.
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Hoy en día, podemos encontrar diferentes productos de protección solar: desde cremas faciales hasta ropa. Por ejemplo, los protectores solares dermatológicos se suelen aplicar sobre la piel en forma de crema o spray para prevenir los efectos nocivos de los rayos UV.
¿Debo usar un protector o bloqueador solar?
De acuerdo con expertos, el protector solar contiene sustancias químicas que absorben los rayos UV antes de que la piel pueda hacerlo, mientras que el bloqueador solar literalmente bloquea los rayos ultravioleta con un escudo físico.
Al ser una barrera química, el protector debe aplicarse de 15 a 20 minutos antes de salir y requiere de una nueva dosis en la piel cada dos a tres horas.
En cambio, el bloqueador solar es una barrera física que se puede aplicar sin tiempo de espera antes de salir; también tiene una mayor duración.
Por estas razones, especialistas concluyen que los bloqueadores solares brindan una mejor cobertura y protección que el protector, pues mantienen la piel a salvo de los rayos UV y UVB.
¿Qué efectos tiene el sol en la piel?
Cuando nos exponemos al sol de forma controlada, durante periodos cortos cuando la radiación no es muy alta, el sol tiene efectos beneficiosos como:
- Estimula la síntesis de vitamina D: fija el calcio a los huesos, por lo que previene el raquitismo y la osteoporosis.
- Estimula la producción de melanina: es el pigmento que nos proporciona el aspecto bronceado de la piel y ayuda a protegerla de la radiación UV.
- Produce vasodilatación: se reduce la tensión arterial.
- Favorece la circulación sanguínea periférica.
- Mejora los síntomas de algunas enfermedades de la piel, como la psoriasis, el acné o el vitíligo, entre otros.
- Estado de ánimo: la luz del sol mejora el estado de ánimo.
De acuerdo con un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer, los casos de melanoma, el cáncer de piel más agresivo, aumentan un 10 por ciento cada año, por eso recomiendan el fomento de los hábitos de protección frente al sol y hacen un llamado a tomar conciencia sobre las consecuencias que el sol excesivo puede tener en nuestra salud.
Y es que muchas personas todavía siguen exponiéndose al sol de forma poco recomendable. Por ejemplo, según el estudio, el 42 por ciento de los encuestados toman el sol en la playa entre las 12:00 y las 16:00 horas, el lapso en el que las radiaciones son más peligrosas.