Dos tercios de los síntomas adversos tras la aplicación de vacunas contra el COVID-19 se deben al efecto nocebo, es decir, a la autosugestión de una persona que previo a vacunarse pensó en dolores de cabeza, fiebre, dolores musculares y otros efectos que podrían causar los biológicos.
Así lo reveló un estudio realizado por investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) y publicado en JAMA Network Open en el que se informó que la fatiga y los escalofríos que una persona experimentó tras vacunarse contra el coronavirus podrían haber sido un efecto de la autosugestión, en lugar de ser una causa directa del propio fármaco.
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Cabe señalar que el efecto placebo es la supuesta mejora de la salud física o mental de una persona después de un tratamiento sin beneficio terapéutico farmacológico; sin embargo, también se tiene una versión contraria, el nocebo, que se produce cuando un individuo experimenta efectos secundarios desagradables después de recibir también este "tratamiento mentira".
Para demostrar estos efectos, el equipo de expertos del BIDMC, centro asociado a la Escuela de Medicina de Harvard, realizó un metaanálisis de 12 ensayos clínicos, en los cuales, se incluyeron informes de efectos secundarios de 22 mil 578 receptores de placebo y 22 mil 802 receptores de la vacuna.
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De esta forma se compararon las tasas de eventos adversos informados por los participantes que recibieron las vacunas con las tasas de eventos adversos informados por aquellos que recibieron una inyección de placebo que no contenía vacuna.
Si bien los científicos encontraron que significativamente más participantes del ensayo que recibieron la vacuna contra el COVID-19 informaron eventos adversos, casi un tercio de los participantes que recibieron el placebo también informaron al menos un evento adverso, siendo el dolor de cabeza y la fatiga los más comunes.
Después de la segunda dosis, los eventos adversos entre el grupo de placebo se redujeron al 32 por ciento que informó eventos sistémicos y al 12 por ciento que informó efectos locales.
Mientras que el nocebo representó casi el 52 por ciento de los efectos secundarios informados después de la segunda dosis.
"Los síntomas inespecíficos como el dolor de cabeza y la fatiga, que hemos demostrado que son especialmente sensibles al nocebo, figuran entre las reacciones adversas más comunes tras la vacunación en muchos folletos informativos", explicó Ted J. Kaptchuk, director del programa y profesor de medicina en Harvard.
Esta información podría hacer que las personas atribuyan erróneamente sensaciones cotidianas comunes como derivadas de la vacuna, o causar ansiedad y preocupación que hacen que las personas estén hiperalertas a las sensaciones corporales de los eventos adversos.
Con información de EurekAlert