El día cero en la Ciudad de México cada vez está más cerca y es que el Sistema Cutzamala se encuentra en sus niveles más bajos, lo que ha provocado escasez de agua en la capital.
El Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM) adelantó en noviembre pasado que el día cero, es decir cuando la disponibilidad de agua sea crítica en el Sistema Cutzamala y no se pueda cubrir la demanda de la población, ocurrirá en junio.
No obstante, esta semana el Sistema Meteorológico Nacional informó que las tres presas principales de almacenamiento de este sistema registraron un descenso de 1 por ciento en el porcentaje de llenado que tienen, el cual es de por sí bajo. Sobre todo en la principal que abastece a la CDMX.
Las tres presas principales que abastecen el Sistema Cutzamala son las de Valle de Bravo y Villa Victoria, en el Estado de México; así como la de El Bosque, en Michoacán. Las cuales habían registrado un llenado del 39.3 por ciento de su capacidad ordinaria hasta el 6 de febrero, pero esos niveles bajaron a 38.7 por ciento en una semana.
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La presa de Valle de Bravo es la principal fuente de abastecimiento de la CDMX, según Milenio, y es la más afectada por el descenso de esta semana. Esto se debe a que sólo se encontraba al 33.2 por ciento de su capacidad y en siete días bajó a 32.5 por ciento.
En el caso de la presa del Bosque registró una reducción de 59.5 por ciento a 58.7 por ciento, mientras que la presa de Villa Victoria no tuvo descenso.
¿Cómo afecta la reducción del agua de la presa de Valle de Bravo la CDMX?
La reducción en los niveles de la presa de Valle de Bravo afecta de manera importante al Valle de México, debido a que de los 8 metros cúbicos por segundo que se envían, 6.8 metros cúbicos se toman de este cuerpo de agua, de acuerdo con información de Milenio.
Esto quiere decir que si los niveles de esta presa continúan descendiendo de la misma manera o aumenta, el suministro de la CDMX va a reducirse aún más de lo que se tuvo que disminuir para enfrentar la sequía del Cutzamala.
A esto se añade otra problemática y es los altos niveles de contaminación que hay en el embalse de Valle de Bravo provocados por las aguas negras y los desechos que se tiran en los dos ríos principales que lo alimentan: El Tizates y el Amanalco.
La reducción en los niveles de la presa del Valle de Bravo y la contaminación no sólo afectan a los habitantes de la CDMX, sino que los más afectados son los habitantes de ese municipio que dependen directamente de esa presa.
Incluso el pasado 13 de febrero se manifestaron frente a la sede de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para exigir que dejen de saquear la presa del Valle de Bravo y se busque una alternativa al problema de la escasez del recurso hídrico en la CDMX. Según La Jornada alrededor de 3 mil personas dependen del agua del embalse para abastecerse del líquido vital y para continuar con sus fuentes de trabajo por los turistas que acuden al lago.