Cuenta la historia que don Raúl, de 25 años, pescaba en una zona conocida como Coral de Enmedio, buscaba pulpos, cuando por casualidad halló un tesoro: se trató de lingote de oro.
Un año después, volvería al mismo lugar para encontrar entre 40 y 60 piezas de oro de la cultura azteca que presumiblemente pertenecían a Moctezuma.
Se cree que las piezas prehispánicas formaban parte del cargamento de una embarcación colonial que cayó al mar hace algunos siglos.
Raúl, con total desconocimiento, no reportó el hallazgo a las autoridades federales y prefirió llevar las piezas a su casa donde sus hijos las utilizaban para jugar.
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Un compadre suyo le recomendaría llevar las joyas a “calar” a una joyería de la avenida Primero de Mayo del puerto de Veracruz, pues creía que tenían algún valor.
Las piezas, cuyo peso alcanzó los más de 15 kilos de oro puro, fueron vendidas por don Raúl a cambio de 70 mil pesos. Se dice que no vendió todas.
Años después, autoridades federales revelaron que las piezas, por el material y antigüedad, tenían un valor incuantificable.
Lamentablemente un amigo de don Raúl lo delató con la policía y a causa de ello el pescador fue detenido y encarcelado durante poco más de un año. El Gobierno lo acusó de haber lucrado con piezas propiedad de la nación.
Las autoridades recuperaron algunas piezas de oro sin embargo otras se perdieron debido a que el joyero las fundió para hacer anillos, pulseras y collares.
Un buscador de tesoros ayudó al pescador a salir de la cárcel en los años 70. Don Raúl argumentó que desconocía el valor del tesoro que tuvo entre sus manos.
Cuando salió de prisión, don Raúl volvió al anonimato y continuó con su vida de pescador. Años después su historia volvería a salir a la luz gracias a que la retomaron algunos medios de comunicación.
Tesoros exhibidos en el Museo Nacional de Antropología e Historia
Parte de las llamadas “joyas del pescador” se exhiben en el Museo Nacional de Antropología e Historia y otra parte estaba en el Baluarte de Santiago del puerto de Veracruz.
El viernes 21 de septiembre de 2018 don Raúl murió en la pobreza. Tenía cerca de 80 años y falleció a causa de un infarto, según dijeron sus allegados.
Con la muerte de don Raúl quedaría para el recuerdo una de los episodios más asombrosos en la historia del puerto de Veracruz.