Una de las vialidades más bellas de la ciudad de Torreón, en el estado de Coahuila, era originalmente conocida como calle Rayón, sin embargo, al instalarse en el año de 1919 el Club Real España, a iniciativa de la comunidad española se propuso cambiar el nombre a Cristóbal Colón.
Con el paso del tiempo, esta calzada ha sufrido diversos cambios, sin embargo no ha perdido su esencia que conserva sus jardines, árboles y colorido paseo central.
Su historia
El 12 de octubre de 1919 se realizó la ceremonia para develar la placa, que dio el nombre a la calzada Colón.
En ese acto estuvieron presentes funcionarios del ayuntamiento, el cónsul español Lope Nuño Gómez, Fernando Rodríguez presidente del Club España y muchos ciudadanos mexicanos además de extranjeros; René Layous fue el encargado de pronunciar el discurso alusivo al evento, la banda municipal ejecutó la Marcha Real Española y el Himno Nacional Mexicano.
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Para el año 1923, durante la administración municipal de Nazario Ortiz Garza, quien se caracterizó por pensar en el embellecimiento de la ciudad, solicitó la cooperación de toda la comunidad para poder darle una mejor imagen a Torreón.
En un inicio se desarrollaron los trabajos con mucha lentitud pero por causa de los conflictos políticos del país se interrumpieron y Ortiz Garza fue removido de su puesto ese mismo año.
En 1925 Nazario Ortiz Garza, asumió de nuevo el cargo de alcalde y reanudó su proyecto, con obras que se desglosaron en el embellecimiento del bulevar Morelos, la alameda Zaragoza y la calzada Colón, y gestionó apoyo ante diversas instituciones, sociedad civil y empresarios.
Eduardo Guerra, el primer cronista de la ciudad, recibió instrucciones de Nazario Ortiz Garza, para convocar a los vecinos de la Calzada Colón con objeto de hermosear esta gran calle.
Después de algunas conferencias y acuerdos, se procedió a iniciar con las obras de sus jardines y pavimentación; después se colocaron las columnas imitación ónix que sostienen las artísticas lámparas de su alumbrado y al último y siempre bajo la directa inspección del señor Ortiz Garza, se levantó el monumento a Colón frente al Parque España, las estatuas alegóricas en los cruceros de las Avenidas acampo, Aldama y Allende, el busto de don Joaquín Serrano, en la Matamoros y otra estatua alegórica en el de la Hidalgo.
La estatua de Colón
Fue durante un viaje que Nazario Ortiz, realizó a la Ciudad de México, que contrató al escultor y arquitecto Fernando Toriello, quien llegó a Torreón a dirigir las obras de hermoseamiento en el bulevar Morelos, procediendo a la instalación de estatuas en las glorietas, edificación de una gran fuente monumental en la alameda y otras obras artísticas de relevancia para la ciudad. Toriello era maestro de la escuela Nacional de Bellas Artes, por lo que pidió permiso para poder venir a realizar este trabajo.
Sin embargo no fue Torriello quien terminó la estatua de Colón, su culminación quedo en manos de los hermanos Alfonzo y Julio Mejía, oriundos Torreón y alumnos de la escuela de Bellas Artes en la ciudad de México, quienes fueron invitados por Nazario para terminar la obra. El pedestal fue construido por Salvador Roncal, quien también alumno de la escuela de Bellas Artes.
Culminada la obra, el 30 de diciembre de 1928, se inauguró el monumento a Cristóbal Colón sobre esta calzada del mismo nombre y frente al Club España. Además, se colocó otra estatua dedicada a la vendimia y un busto de Joaquín Serrano, en esta misma calzada.
En 1940 se construyó el Reloj de la Colón, una torre de 8 metros enclavada en una glorieta en la intersección de la calzada Colón y la avenida Juárez. Este reloj constaba de 4 caras y campanas que anunciaba la hora, duró casi 10 años en ese lugar, después de lo que fue demolida, para dar más fluidez al tránsito de automóviles.
Desaparición de las Esculturas
Para la década los años 40 y 50 la calzada Colón se convirtió en una de las más transitadas, siendo que comunicaba a la ciudad con las nuevas colonias residenciales de Los Ángeles y Nueva Los Ángeles.
Durante la administración del alcalde de Torreón Rodolfo González Treviño, en el periodo 1952-1954, procedió al retiró de las estatuas colocadas en las vialidades de la Morelos y la Colón, citando distintos motivos, como que algunas eran inmorales y otros obstruía el tráfico.
El alcalde expuso sobre dichas esculturas, que se pedido otras con motivos artísticos de ornato a Bellas Artes en México, para poder sustituir aquellas que se habían retirado, y enfatizó en aquel tiempo, que existía la intención de retirar el "antiestético" monumento a Colón del lugar donde se encuentra para construirlo al final de la calzada de la Colón y la esquina con el bulevar Revolución.
Sin embargo, tiempo después manifestó el alcalde que debido a que no se habían conseguido estatuas de labor artística para reemplazar las que habían quitado, estos lugares donde se ubicaban serían pavimentados. La única estatua que se salvó fue la de Cristóbal Colón, misma que sigue de pie en el camellón que se ubica entre las calles Bravo y Escobedo.
Además recientemente, se reubicó la escultura de Pilar Rioja que está sobre la calzada Colón y calle Morelos.
Actualmente, la administración municipal ha dado pie a seguir transformando esta vialidad, colocando bolardos para la dar pie a un ordenamiento vial tanto para automovilistas como para peatones.
De igual forma se reinstaló la una ciclovía, donde hubiera flujo para automovilistas y ciclistas en esta misma circulación.