En los tiempos de la colonia, aproximadamente por el año 1620, en Parras de la Fuente, Coahuila, habitaban grandes hacendados y los plebeyos no tenían permitido mezclarse con los dueños y los sirvientes, ellos solo estaban destinados a trabajar.
Ante tal división de clases, por supuesto que para nada era bien visto que un sirviente y una dama de sociedad pensaran siquiera en el cortejo y quien lo hiciera traería deshonra para su familia.
Sin embargo, cuenta la leyenda que existió una historia de amor prohibido, donde Carlota, una chica de abolengo, se enamoró perdidamente de Pablo, un trabajador de la hacienda de su padre Federico.
Para vivir su romance a escondidas, los jóvenes se reunían todas las noches en la hoy conocida Plaza del Beso, en donde rodeados de arbustos, ante la neblina de la noche, se ocultaban para poder darse profundos besos.
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Es aquí donde se produce una historia con un final trágico, pero en nombre del amor.
Un matrimonio impuesto
El padre de Carlota ya tenía dada en compromiso a su hija con un oficial de altos mandos, sin embargo ella se oponía a casarse con quien no amaba.
Con este gran dolor que le causaba el que su familia la quisiera entregar en casamiento a Carlota con este oficial, buscó a su enamorado, Pablo, con quien se citó una noche antes de que se diera este matrimonio impuesto.
Así, una noche antes de contraer nupcias se situaron en su lugar de encuentro, la hermosa plaza donde a la luz de la luna y las estrellas como testigo, planeaban su huida.
La tragedia llega a la vida de los enamorados
Cuenta la leyenda que poco antes de la media noche, el prometido de Carlota, aquel oficial de alto rango, sorprendió en esa plaza a los enamorados, y tal fue su coraje al ver como fluía el amor entre Carlota y Pablo, que le dio muerte con un disparo en la cabeza a Carlota, y mientras cometía este terrible acto, el oficial decía
“antes muerta que enterar al pueblo de mi deshonra”
El padre de Carlota no le fue posible detener esta tragedia y al ver muerta a su hija, culpó a Pablo, a quien termino dándole muerte de la misma manera, mientras sostenía en sus brazos a su amada.
Una tradición de enamorados
Hoy en día, ante dicha leyenda, es una tradición que aquella pareja que este inclinada a ser una relación con un imposible, debe sellar su amor con un beso en este lugar, la plaza, que aunque ha tenido algunos cambios, está ahí, situada justo detrás de la iglesia de Santa María de las Parras.
Se dice que al realizar este acto de amor, Carlota y Pablo los ayudarán a que el pacto de amor de estos enamorados se dé, quitando del camino a las personas o problemas que intervienen