Con el lanzamiento de telescopios espaciales como el Hubble o el James Webb, seguro has escuchado que fueron creados para mirar “el pasado” del universo y te hayas preguntado a qué se refieren los científicos. Aquí te explicamos.
La referencia de “mirar al pasado” es en realidad un fenómeno conocido como la velocidad finita de la luz que, según científicos, es de aproximadamente 299,792 kilómetros por segundo en el vació. Dado que la luz tiene una velocidad finita, lleva tiempo viajar desde un objeto distante hasta nuestros ojos.
De esta manera, cuando observamos objetos celestes, como estrellas o galaxias, estamos recibiendo la luz que emitieron en el pasado. Por ejemplo, la luz del Sol tarda alrededor de 8 minutos y 20 segundos en llegar a la Tierra, por lo que en realidad los destellos de luz que vemos son los que irradió minutos antes.
Otro ejemplo es cuando miramos a la estrella más cercana a nuestro planeta, Próxima Centauri, pues en realidad estamos viendo cómo era hace aproximadamente 4.2 años en el pasado.
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El Observatorio Europeo Austral (ESO), aclara que para poder “el pasado” de forma nítida en el universo se necesita un telescopio debido a su gran distancia en el espacio.
“La luz es más rápida que todo lo demás en el universo, pero de todas formas le toma tiempo viajar en el espacio. (…) Para objetos lejanos en el cosmos, como las estrellas o las galaxias, a su luz le toma millones, o incluso miles de millones de años llegar a la Tierra ¡Así que, lo que realmente vemos, es cómo se veían estos objetos millones, o miles de millones de años atrás!”, explicaron.
Actualmente, el Telescopio Espacial James Webb es “la máquina del tiempo” encargada de estudiar los orígenes del universo, indica la NASA en su portal web. El espectro infrarrojo que porta la máquina permite mostrar imágenes muy lejanas con impresionantes detalles, todo gracias a las nuevas tecnologías.