Durante el sexenio del exgobernador Eugenio Hernández Flores se vivió una serie de hechos de inseguridad en Tamaulipas; un ejemplo fue en el municipio de Tampico en donde encontraron en cada casa de seguridad hasta hasta 80 cadáveres, tantas fosas que no se dan a conocer, quizá las madres de la caravana que busca a sus hijos desaparecidos puedan encontrarlos en las “megafosas”.
Así lo han expresado testimonios que vivieron en carne propia la desaparición y pérdida de sus familiares a manos del crimen organizado.
Con el Procurador General de Justicia, Jaime Rodríguez Inurrigarro, se presentó el tráfico de influencias, la impunidad y la corrupción en la entidad.
En Ciudad Madero, se daban de baja a tres agentes del Ministerio Público por estar involucrados presuntamente en actos cometidos por la delincuencia organizada, ellos eran: Renato Hernández del Ángel, agente tercero, Israel Nava González, agente cuarto y Marco Favio Zavala agente quinto, este del municipio de Madero.
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"Con esto veíamos que la procuración de justicia estaba en malas manos, pero desgraciadamente nunca apunta hacía arriba, sino hacía abajo, debido a que los altos jerarcas no eran mencionados, entre ellos Jaime Rodríguez Inurrigarro, Procurador General de Justicia en Tamaulipas", expresan algunos medios de comunicación que daban a conocer cada acto atroz cometido.
El caso de Diana Sánchez resonó hace poco más de 10 años, cuando vivió una pesadilla, su hermano Javier Arturo, quien desapareció en 2008, lamentablemente fue localizado en 2010 durante una masacre en Tamaulipas. Su cuerpo estaba apilado con otros cadáveres que fueron trasladados a la Ciudad de México en aquel año.
Fue durante el 2008 cuando Javier salió en compañía de un grupo de amigos a quienes conocía desde hacía poco más de 40 años; ellos eran: Andrés Leyton Campos, Renato Hernández del Ángel, Jesús Sigala Blanco y Alejandro Sigala Blanco. Renato Hernández del Ángel fue Ministerio Público en Tampico, Madero y Altamira, además en Ciudad Victoria.
Un informante de Diana Sánchez, le dijo que fue Renato Hernández del Ángel (amigo de Javier) quien entregó aquel año a ese grupo de personas al Cártel del Golfo y después aparecieron acribilladas, aunque al no hacerse público el hecho, pasaron ocho años para descubrir en la pila de cuerpos a sus familiares.
En 2011, Renato Hernández fue asesinado, al haber fallado en algunas indicaciones que le ordenó el CDG, organización a la que trabajaba y ponía toda información de la Agencia del Ministerio Público a su disposición.
Cuando desapareció Javier, todos sus "amigos" regresaron a sus hogares, excepto Javier; los amigos dijeron que Javier se había ido de viaje, por lo que la familia sospechó, y al encontrar su documentación intacta en su domicilio, incluidas tarjetas de crédito, pasaporte y visa, desecharon la supuesta versión del viaje.
El grupo de amigos le entregó a Diana un croquis de la región de Aldama, Tamaulipas, para que buscara ahí a su hermano. En 2010 aproximadamente ocho cuerpos fueron encontrados apilados en lo que parecía ser una hacienda mencionada.
La persona que le informó, y de quien se omite su nombre, logró identificar en ese grupo de personas asesinadas al familiar que buscaba a Diana Sánchez, buscadora de su hermano Javier, la envían a poner la denuncia porque...
''Renato Hernández del Ángel (el amigo que estaba con mi hermano durante su desaparición) era ministerio público y Hernando Govea que era subdirector de averiguaciones previas, ellos me toman la denuncia… no vi que hicieran nada al respecto, comienzan la investigación hasta noviembre del 2009, ocho meses después, expresaron que no hay delito, la desaparición no es delito en México”.
Javier Arturo Fernández Domínguez fue el primer desaparecido oficial en la base de datos del estado de Tamaulipas … de ahí la importancia de este caso que fue el parteaguas para investigaciones posteriores.