Ante la presencia del pez diablo en cuerpos de agua de Altamira, el especialista en acuicultura Juan Bernardo Bataglia Ajaro planteó alternativas para lidiar con esta especie invasora, que representa un problema para los pescadores locales.
Aunque su aspecto y color no resultan atractivos, Bataglia Ajaro compartió su experiencia en el Amazonas, donde este pez es utilizado en la preparación de platillos como caldo, chicharrón y filetes, destacando que su sabor es sorprendentemente agradable.
El especialista sugirió que, en lugar de desechar los ejemplares capturados en la laguna, se aprovechen para elaborar platillos. Incluso propuso organizar eventos gastronómicos en los que se ofrezcan al público opciones culinarias preparadas con esta especie, promoviendo su consumo y mostrando su potencial como alimento.
El pez diablo, también conocido como pleco, puede alcanzar hasta 70 centímetros en libertad, mientras que en cautiverio no suele superar los 30 centímetros, con una esperanza de vida de hasta 15 años. Es omnívoro y nocturno, permaneciendo escondido durante el día y activo en la búsqueda de alimento por la noche. Aunque su comportamiento es relativamente tranquilo, puede ser territorial con otros peces de fondo.