La Plaza Hijas de Tampico es una muestra de hermandad entre mujeres tampiqueñas que buscaron que esta ciudad contará con un lugar de esparcimiento familiar y punto de reunión que pudiera significar su propia identidad.
Fue en 1923 cuando el municipio de Tampico celebró el primer centenario de su fundación, autoridades convocaron a la población a participar en los festejos, fue lo que motivó a las familias tampiqueñas a ser partícipes de este emotivo evento.
Fueron dos grupos que se hicieron "Hijos de Tampico" e "Hijas de Tampico", quienes organizaron todo tipo de eventos como bailes, kermeses, desfiles de moda, así como encuentros sociales.
En su mayoría, eran familias de abolengo quienes se interesaron en celebrar en conjunto con las autoridades los primeros 100 años sobre todo buscando defender la identidad de la ciudad, realizaron todo tipo de encuentros con la finalidad de reunir recursos económicos para poderle regalar algo a la ciudad en el festejo de su primer centenario.
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Las Hijas de Tampico tuvieron la visión, ya que la mayoría eran integrantes de familias "pudientes", eran personas preparadas y educadas en el extranjero, de regalarle una plaza cerca del Río Pánuco, aprovechando que el lecho del río Tamesí que para ese momento ya había sido desecado.
La plaza Hijas de Tampico así llamadas en conmemoración de aquellas mujeres que unieron sus fuerzas, sus deseos y amor a esta ciudad, recibiría a aquellas personas que arribaban por medio de barco en el Pánuco.
"Estas mujeres que conformaron la agrupación Hijas de Tampico en eso pensaron, en devolverle a la ciudad la entrada sur, dar una bonita imagen pues por ese lugar arribaban en su mayoría extranjeros al puerto".
La Historia dice que la plaza se construyó en el espacio desecado del Tamesí, era primero el lecho del río Pánuco, y para el año de 1865 se convirtió en parte del río Tamesí, al nacer los islotes que dividieron al Pánuco, y el Tamesí se prolonga, en una ribera que comprendía lo que ahora es la calle Pedro Jose Mendez de ahí hasta llegar a la entrada de la Aduana, era el lecho de ese río.
Algunas integrantes de esa agrupación eran secretarias bilingües, se desempeñaban como mecanografía, eran secretarias de los directivos de las compañías petroleras de origen extranjero que en esa ocasión estaban en su época de auge, por lo que algunas de ellas les pidieron apoyo a los directivos de esas empresas norteamericanas, para conseguir recursos y aplicarlos en esa obra.