Al final del año la mayoría realizamos rituales para iniciar el siguiente ciclo con suerte en el amor, en atraer fortuna, nuevas oportunidades o nuevos retos, pero es en el municipio de Tenosique que, además de creer en algunos de estos rituales, más que nada esperan al Carnaval para finalmente dar inicio al nuevo año con una purificación.
Es en el Carnaval de Tenosique donde se realiza también “La Danza del Pochó”, un baile, legado de la cultura maya, que le da identidad al municipio y en el que todos los habitantes, adultos y pequeños, se unen para llevar a cabo.
Carnaval de Tenosique
Este evento se realiza tradicionalmente en la plaza central del municipio de Tenosique y normalmente su inicio coincide con el día de San Sebastián, aunque normalmente son aproximadamente 3 semanas de festividad, anteriormente, era la posición de la luna de dichos días la que dictaminaba que tan largo o corto sería el carnaval.
Este es realizado normalmente el 19 o 20 de enero, en este primer día los habitantes del municipio se reúnen para aventarse entre ellos harina y huevos, marcando el inicio de la fiesta; aquí no hay distinciones, sin importar que seas de algún medio periodístico, clase social, puesto en la política, visitante del municipio, la persona que se encuentre en el lugar será empanizado con los elementos antes mencionados.
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Después, cada domingo se realiza la tradicional “Danza del Pochó” el cual el reconocido arqueólogo tabasqueño, originario de Tenosique, Tomás Pérez Suárez, maestro en Estudios Mesoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras, egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que lo que caracteriza a toda esta fiesta es el “eterno retorno” un ciclo donde ocurre un nacimiento, crecimiento, se envejece, la muerte y renacimiento.
Danza del Pochó
Esta danza además de simbolizar la purificación del hombre también significa una guerra del mismo hombre entre el bien y el mal, aquí participan 3 personajes: cojóes, pochoveras y jaguares, además de los músicos que amenizan con una flauta de carrizo y tambores.
Al empezar a primera danza, ese domingo, cada semana se vuelve a realizar 3 veces más para que finalmente el martes se queme el pochó y finalice el Carnaval.
El maestro Pérez Suárez, en su investigación “El pochó: una danza de carnaval en Tenosique, Tabasco”, nos comparte el significado de cada uno de los personajes, su vestimenta y significado, que en una síntesis que difícilmente puede compararse a dicho maravilloso y arduo trabajo, podemos explicar estas características de la siguiente manera:
El Cojóe
Este personaje en particular representa al humor e ingenio del hombre, son el alma de la festividad, su vestimenta consiste en una faldilla de hojas de castaña, un costal que le cubre el torso, una máscara de madera pintada de varios colores, un bastón largo con sonaja, igualmente puede llevar recipientes con agua, talco y harina, la cual es arrojada a los espectadores, u otros objetos con el que se gastan bromas.
La Pochovera
Esta más que nada, es un tipo de sacerdotisas, una doncella con flores, que antiguamente sólo las personificaban mujeres de edad avanzada, y que a diferencia del Cojóe que realiza una danza escandalosa, la Pochovera tiene un pequeño número donde llevan banderas rojas, la cual cambia el martes a blanco, donde se marca el fin del carnaval. Ellas tienen como deber mantener y proteger el altar al dios Pochó.
El Jaguar
Este personaje está cubierto enteramente de pintura o crema blanca o amarilla, o arcilla, y se le hacen las manchas con carbón, esto para reemplazar el hecho de que en la antigüedad vestía las pieles de estos animales, aunque puede usar piel sintética. Este personaje baja a la tierra para "destruir a los hombres de la pulpa del maíz" los cuales son protegidos por las Pochoveras.
Lo importante aquí es conocer que en nuestro país existen estas interesantes tradiciones que absolutamente valen la pena vivir al menos una vez en tu vida, porque al final de cuentas, son fiestas y parten de un legado que nos llena de orgullo de ser mexicanos, y en este caso, de ser tabasqueños.