El Pez León es una especie originaria de los océanos Índico y Pacífico occidental, de las regiones tropicales, sin embargo, este pez se ha convertido en una especie invasora en otras partes del mundo, incluyendo el Caribe y las costas de Quintana Roo. Se cree que su introducción en estas áreas se produjo a través de la liberación de especímenes de acuarios o como resultado de escapes de peces mantenidos en cautiverio durante huracanes.
Las condiciones climáticas favorables en estas regiones, como las aguas cálidas, permitieron que este pez se estableciera y se reprodujera rápidamente, convirtiéndose en una especie invasora, dañando a los arrecifes, manglares y hasta otro tipo de animales marinos.
Carece de depredadores naturales debido a que su cuerpo se encuentra protegido por espinas venenosas, su alta capacidad reproductiva es uno de los factores que han impulsado su proliferación, ya que la hembra puede producir hasta 30,000 huevos en una sola puesta.
Para contrarrestar los efectos dañinos a las costas de Quintana Roo, se han implementado diversas estrategias, una de ellas y de las más peculiares es convertirse en el “depredador” del depredador, es decir fomentar el consumo de este pez.
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En los últimos años, los chefs y restaurantes han empezado a incluir el pez león en sus menús, ofreciendo a los comensales una experiencia gastronómica única; se caracteriza por tener una carne blanca, tierna y jugosa, con sabor similar al de otro tipo de peces, su textura es suave, lo que lo convierte en un ingrediente versátil en la cocina.
Los chefs han desarrollado diversas técnicas para prepararlo, desde asados a la parrilla hasta ceviches y sushi, destacando así la diversidad de platos en los que se puede incorporar. Para su preparación se retiran las espinas con las que cuenta ya que son las que portan el veneno que usa como defensa.
El consumo de esta especie tiene un impacto económico positivo en la región, ya que la inclusión de esta especie en los menús de los restaurantes ha generado un interés creciente, tanto entre los residentes como entre los turistas, lo que se traduce en nuevas oportunidades comerciales para los pescadores locales y los establecimientos que quieren probar este peculiar platillo.
Comer el Pez León es un ejemplo de que se puede generar un cambio positivo para el ambiente marino desde cualquier ámbito y generar un doble beneficio, ya que se reduce la presencia de esta especie invasora y se comercializa.