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Revocación de mandato: ¿hay desesperación en la 4T?

Morena no es un partido de masas y no tiene capacidad de movilizar a más de 30 millones de personas.

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La mayoría de las y los mexicanos respalda al presidente Andrés Manuel López Obrador, de eso no hay duda.

Tanto sus simpatizantes como sus opositores, al menos los más sensatos, saben que el mandatario cuenta con gran respaldo popular y que, si pudieran, volverían a votar por él. Son abismalmente muchos más los que lo quieren en la silla presidencial que los que no. 

El problema, sin embargo, es que no lo harían ni lo harán, votar nuevamente por él, en la consulta de revocación de mandato. Las razones son sencillas: es un ejercicio que se antoja innecesario, cansado y que sólo despierta apatía y agotamiento en la ciudadanía, incluso en la que apoya incondicionalmente al político tabasqueño.

Y en la Cuarta Transformación lo saben. Por eso han echado a andar toda la maquinaria partidista y electoral con la finalidad de que las urnas no luzcan vacías el próximo 10 de abril.

El problema es que Morena nunca ha sido un partido de masas. AMLO sí es un líder de masas. Pero Morena está lejos de serlo: es un partido que nunca ha sabido construir militancia, cuadros y bases de apoyo masivo popular.

No es como el viejo PRI de mediados del siglo XX, que tenía la capacidad de movilizar millones. De hecho, es probable que el tricolor actual, pese a su desprestigio y el repudio que hay en su contra, tenga mayor nivel de movilización territorial partidista que los guindas.

Ahí está el caso de Mario Delgado, que lejos de construir partido, se dedica a repetir como loro amaestrado las frases presidenciales. Sólo que sin carisma ni la legitimidad de AMLO.

O el secretario de Gobernación Adán Augusto, que anda en plena campaña en todo el país tratando de convencer a los simpatizantes de López Obrador que salgan a participar el domingo.

Lo más seguro es que, ni con toda la maquinaria partidista, en caso de que llegue a estar bien aceitada, se logrará juntar el 40 por ciento de la lista nominal,  es decir, el voto de 37 millones 129 mil 286 mexicanos.

Para dimensionar: en 2018 AMLO obtuvo 30 millones de votos en una elección federal, en donde también competían otros partidos y los recursos humanos y económicos eran masivamente mayores.

Ahora es muy difícil que se vaya a adquirir esa cantidad de sufragios. Si bien le va a Morena... (y si le alcanzan los billetazos) logrará juntar no más de 10 millones de votos.

Probablemente sean únicamente 4 millones, gracias a las pensiones y becas de bienestar y otros programas usados de manera clientelar. Podrían ser un poco más si Monreal, quien controla gran parte de la estructura territorial guinda, decidiera apoyar el ejercicio.

Pero es prácticamente imposible que se junten los 40 millones de votos necesarios.

Quizá nos equivoquemos.

No obstante, en Morena la desesperación se siente en el aire. Por algo el titular de gobernación agarró un avión como "vocho" personal para movilizar la estructural electoral en todo territorio nacional. Ya sólo falta que lo estacione en su garage.