Durante una década, Carmen Sánchez construyó una familia con Efrén García Ramírez: una hija en común y un hogar, en medio de una violencia que creció como una tormenta con las autoridades del Estado de México como un testigo mudo.
“Cuando yo voy y lo denuncio, lo primero que hicieron fue mandarme a conciliar. Tres veces conciliamos. Yo lo denuncié por violencia sexual, lo denuncié por violencia familiar y por sustracción de menor, en las tres veces me mandaron a conciliar”, cuenta.
Las autoridades recibieron sus gritos de auxilio como se escucha una gota de lluvia en un terremoto: imperceptibles, irrelevantes, lo que provocó que Carmen estuviera expuesta a un riesgo mayor. Y así fue. En 2014, Efrén la agredió físicamente por medio de una sustancia ácida que casi acaba con su vida.
Derivado del ataque, Carmen permaneció ocho meses hospitalizada, tiempo en el que se mantuvo bajo el cuidado de su familia para aprender de nuevo lo básico: caminar sin tropezar con su propio cuerpo e incluso le recordaron cómo comer.
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Superar el dolor físico fue solo el primer obstáculo. Después vendría un largo camino de omisiones, negligencias y violaciones a sus derechos humanos.
En un inicio, la Fiscalía mexiquense catalogó su caso como “lesiones simples que tardan en sanar menos de 15 días y no ponen en riesgo la vida”. Aunque la ineficiencia y falta de perspectiva de género no se detuvo ahí, pues de 2014 a 2018, la carpeta de investigación de su caso se mantuvo “perdida”.
Tres años más tuvieron que pasar para que, en 2021, al fin el crimen fuera llamado por su nombre: se logró la reclasificación del delito como tentativa de feminicidio. Ese mismo año, Efrén García fue detenido en Monterrey, Nuevo León, a más de 900 kilómetros de donde perpetró el crimen. Se encontraba laborando como taxista ante los ojos impunes de las autoridades.
Ese año también surgió la Fundación Carmen Sánchez como respuesta a las fallas estructurales a las que mujeres que han sobrevivido a violencia química son sometidas por parte de las autoridades. Hoy en día, este espacio acompaña a 11 mujeres de Ciudad de México, Estado de México, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz y Nuevo León.
Sentencia histórica
En el año 2022, la Fiscalía del Estado de México aceptó todas las pruebas a favor de Carmen. Lo anterior permitió avanzar hacia un juicio; de esta forma, la mujer sobreviviente de violencia química llegó al 11 de mayo de 2023, día histórico en que el Poder Judicial finalmente determinó que Efrén García Ramírez pasara 46 años y ocho meses en prisión.
La fecha es histórica debido a que la sentencia contra el hombre que intentó asesinar a Carmen es la primera en México y América Latina que castiga un ataque con ácido como tentativa de feminicidio.
El camino hacia la sentencia fue angustiante, sofocante y desgastante, afirma Carmen, “parecía que estaba peleando con un monstruo muy grande y que cada vez era más robusto”.
Pero esto no fue justicia para ella, pues el significado de esta palabra implicaba que se hubieran respetado sus derechos desde la primera vez que acudió a denunciar a su agresor.
En agosto de 2023, nuevamente se enfrentó al “monstruo” que buscaba revocar la sentencia a Efrén, con el argumento de la defensa de que la sobreviviente no posee “traumas psicológicos, porque festejó la sentencia al salir del penal”.
“Tenemos que ser víctimas, que ellos nos vean llorando. No tenemos derecho a festejar, no tenemos derecho absolutamente a nada, tanto que el abogado se metió a mis redes sociales, tomaron fotografías de ahí y las expusieron en esta apelación”.
Luego de una audiencia dolorosa para Carmen, los tres magistrados de la tercera sala de apelación en materia penal del Juzgado de Texcoco ratificaron la sentencia, al asegurar que no existen pruebas suficientes para tomar en cuenta la apelación que presentó la defensa de Efrén García.
“He puesto mi cuerpo en este proceso”
Carmen Sánchez se ha sometido a más de 60 cirugías reconstructivas y funcionales, a innumerables tratamientos dermatológicos, rehabilitaciones físicas, medicamentos especializados, terapias psicológicas y acompañamiento social.
A Carmen no se le permitió detenerse a descifrar el horror. Inmediatamente después de salir del hospital, la urgencia económica y la violencia institucional la empujaron a la sociedad.
“Cada vez que voy a algún lugar y me dicen que soy una mujer valiente y que me admiran, les digo que yo no soy una mujer valiente, a mí el Estado no me dejó otra alternativa”.
Como otras sobrevivientes, también afrontó los discursos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México, la cual, en un inicio obstaculizó su derecho a la salud.
Por ejemplo, tenía que justificar que realmente requería una cirugía, aun cuando su nariz, párpados y distintas partes de su cuerpo fueron dañados por la exposición al ácido.
“Yo les hablo de cirugías funcionales, ni siquiera estéticas como el Estado lo ha estado manejando. Cuando me agregaron al Registro de Víctimas, el estado ni siquiera me daba para las pomadas o para el medicamento”.
Nueve años posteriores a la agresión, finalmente la Comisión mostró compromiso para que Carmen y otras sobrevivientes de violencia química en el Edomex pudieran acceder a su derecho de salud privada sin tantas trabas.
En medio de todo, Carmen recuerda que su único objetivo es: recuperar todos los sueños que esta violencia le ha arrebatado y descansar junto a sus hijas.
Por ello, hace poco concluyó la licenciatura Derecho, una carrera con la que soñó desde que era una niña: siempre le preocupó que se cometieran injusticias.
La infancia de Carmen fue un acto de rebeldía cotidiana: preguntaba en voz alta lo que otras personas solo musitaban, discutía los ‘deberías’ impuestos a su género. Por eso, cuando dejó el hospital tras la tentativa de feminicidio en su contra, lo supo: nunca dejaría de exigir por ella y por todas.
La historia de Carmen Sánchez forma parte del especial de Radio Fórmula: "Rostros de resistencia. Reconstruir la vida tras un ataque con ácido".
La historia de Carmen Sánchez forma parte del especial de Radio Fórmula: "Rostros de resistencia. Reconstruir la vida tras un ataque con ácido". Puedes leer el reportaje completo AQUÍ.