México deberá pagar una indemnización millonaria a Odyssey Marine Exploration, empresa estadounidense de minería submarina. La razón: la negativa de la Secretaría de Medio Ambiente de entregarle la Manifestación de Impacto Ambiental.
Se trata de una resolución del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), en el marco de un proceso de arbitraje internacional iniciado todavía en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El conflicto es debido al proyecto 'Don Diego' en el Golfo de Ulloa en el estado de Baja California Sur. México deberá pagar 37.1 millones de dólares.
¿De qué trata el proyecto por el que México pagará millones a EU?
El proyecto llamado 'Don Diego' propone usar un sistema de dragado para obtener 7 millones de toneladas de arena fosfática del fondo marino, a 19 kilómetros de la costa de Baja California Sur.
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La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aseguró el proyecto podría generar graves impactos ambientales negativos, sinérgicos y acumulativos sobre la fauna y el hábitat de especies que se encuentran en peligro de extinción.
Entre las especies que serían seriamente afectadas por el proyecto se encuentran especies de ballenas (ballena gris, ballena jorobada y cachalote), tres especies de delfines, la orca, el lobo marino de California, nueve especies de aves y cuatro especies de tortugas marinas.
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Uno de los problemas es que, de acuerdo con la Asociación Interamericana para la Defensa Ambiental (AIDA, por sus siglas en inglés), los materiales sobrantes que no son de interés —como sobrecarga o residuos— podrían ser regresados al mar.
AIDA adviritó que este proyecto podría bloquear la luz, afectando a su vez la fotosíntesis marina y dañar a especies bentónicas como ostras y almejas, y su hábitat, afectando la cadena alimentaria y el equilibrio del sistema.
Por su parte, Greenpeace alertó que las actividades de minería submarina provocarían contaminación acústica y lumínica, representando un grave riesgo para especies en peligro de extinción como las ballenas, ya que el sonido de las máquinas mineras podría superponerse con la frecuencia que usan para comunicarse.
Además de la ballena, otra especie en grave peligro es la tortuga caguama, ya que México creó en el Golfo de Ulloa un refugio pesquero para la protección de esa especie.
Estudios demuestran que un ruido como el que podría generar el proyecto causaría el desplazamiento del hábitat de esa tortuga y un cambio drástico en su comportamiento, apuntó AIDA.