Tras la polémica que se dio en torno al supuesto secuestro del obispo Salvador Rangel, el sacerdote Filiberto Vázquez, director del Centro de Derechos Humanos “Minerva Bello”, acusó al Gobierno Federal de tachar a religiosos críticos de opositores.
En entrevista con Denise Maerker para Atando Cabos, el sacerdote pidió que se reflexione sobre el papel que ha desempeñado los obispos a lo largo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues, dijo, han tomado protagonismo en contra de la violencia.
“En un gobierno de izquierda, los obispos han tenido un papel protagónico en las críticas hacia lo que sucede con la violencia, ahora más voces se suman, pero ahora se busca deslegitimizar estas voces poniéndolas como opositores o conservadores, yo creo que hay que distinguir los motivos que llevaron a Salvador (Rangel) o a mí a alzar la voz”, mencionó.
Asimismo, lamentó que se busque minimizar las acciones que han empleado en contra de la violencia en entidades como Guerrero, donde el crimen organizado se ha hecho presente, por “afectar intereses fácticos de militares, de partidos políticos y gobierno” con sus críticas y señalamientos.
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Después de una semana en silencio, consecuencia de haber sido drogado, el obispo Salvador Rangel, quien tomó relevancia en Guerrero por fungir como mediador entre los grupos criminales de Los Tlacos y Los Ardillos afirmó que no presentará ninguna acción legal contra quienes lo dañaron.
"Con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los daños de los que he sido víctima, así como a aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación", se lee en el comunicado que dio a conocer este miércoles.
Caso Salvador Rangel: esto fue lo que pasó con el obispo
Fue el 29 de abril cuando la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó la supuesta desaparición de Salvador Rangel, pero ese mismo día fue hallado en un hospital en Cuernavaca, Morelos. El día 30 del mes antes mencionado, la Fiscalía de dicha entidad informó que se trató de un secuestro y robo contra el religioso.
Para el 2 de mayo se dio a conocer que Salvador Rangel se encontraba en un hotel antes de pisar el Hospital General de Cuernavaca.
En la nota de ingreso del centro de salud se reportó que el obispo Salvador Rangel llegó con deterioro neurológico a expensas de estupor, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil, que usualmente se vende bajo el nombre comercial de Viagra y que es prescrito a personas que padecen de disfunción eréctil o hipertensión arterial pulmonar. Un día después, salió del hospital, sin embargo, fue hasta este miércoles cuando emitió una declaración.