El tráfico de metanfetaminas es uno de los negocios principales de los cárteles mexicanos; sin embargo, la producción y venta de esta droga ya no es rentable en el mercado de México, por lo que buscan expandirlo a nivel internacional.
Esto se debe a que los costos de producción por cada kilo de metanfetamina alcanzan los mil dólares. A esto se le añaden los costos de transporte, sobornos e impuestos para los grupos criminales a lo largo de la ruta, de acuerdo con una investigación de InSight Crime.
Las ganancias en México y Estados Unidos apenas cubren esa inversión, debido a que el kilo de metanfetamina puede comercializarse en 600 dólares en el primero y en cinco mil dólares en el segundo, según productores de la droga.
Los mercados de Europa y Oceanía son los que están en la mira de los traficantes y productores mexicanos, ya que son más rentables y es más sencillo obtener más ganancias.
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Aunque los costos de envío suben, el kilo de metanfetaminas puede llegar a costar 20 mil dólares en los países europeos y hasta 190 mil dólares en Australia o Nueva Zelanda, de acuerdo con datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Oceanía es el continente que se ha convertido en el favorito para los traficantes y productores y muestra de ello es que las autoridades han informado que el flujo de metanfetamina desde México aumentó desde 2018.
Así es como mandan metanfetaminas desde México a Europa y Oceanía
Las metanfetaminas son enviadas a ambos continentes por rutas comerciales marítimas y aéreas, según los productores consultados por InSight Crime. Así que los cargamentos son escondidos y camuflados entre otros productos comerciales.
Los traficantes esconden las metanfetaminas en cajas con agua de coco, acero, conchas de mar, prensas hidráulicas y en costales que imitan sellos del gobierno mexicano, como sucedió con un cargamento que fue enviado a Hong Kong, China, simulando que era de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Para evitar incautaciones, los traficantes usan puertos y aeropuertos que tienen una alta demanda y, por tanto, grandes flujos de carga.
Algunos de los puertos que usan en Europa son los de Rotterdam, en Países Bajos; Valencia, España; Hamburgo, Alemania, y Cork, en Irlanda, así como en el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam-Schipol de Países Bajos.
Otro de los puertos importantes es el de Hong Kong, el cual es clave en la ruta hacia Oceanía y Asia. Aunado a que casi todas las empresas navieras que conectan a los puertos de Manzanillo, en Colima, y Lázaro Cárdenas, en Michoacán, pasan por ese territorio.
Los traficantes prefieren usar las que son largas, complicadas y no directas para enviar las metanfetaminas, así no llaman la atención de las autoridades.
Traficantes de México compiten con los de otros países
El tráfico desde México a otros países aún se encuentra en etapas iniciales, por lo que los traficantes siguen compitiendo con los grupos locales. No es como en Estados Unidos, donde su participación en el mercado es mayor.
Esto orilla a los traficantes mexicanos a colaborar con las células criminales locales de Europa y Oceanía, con las cuales han establecido líneas sólidas de suministro de metanfetaminas y relaciones con clientes. Aunque los productores a los que InSight Crime entrevistó se negaron a bindar información sobre las agrupaciones con las que trabajan.
Hacia el final de la llamada, el coordinador de laboratorios de Sinaloa se negó a dar nombres de organizaciones criminales específicas con las que estaba trabajando en el extranjero. Sin embargo, afirmó que las redes mexicanas se limitan a vender las drogas al por mayor a diversos clanes familiares o pandillas en estos continentes, quienes luego se encargan de la distribución regional.