La contaminación atmosférica de la Ciudad de México no sólo afecta la salud de las personas adultas, sino que un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que los recién nacidos también podrían tener mutaciones debido a los contaminantes.
De acuerdo con la investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, los bebés que nacen en la CDMX presentan huellas del aire contaminado en su material genético.
"La quema de combustibles como la gasolina y el gas, así como los incendios, liberan partículas que reaccionan con nuestras células y se unen al material genético, lo que produce estos aductos que pueden causar mutaciones en nuestro material genético y son considerados peligrosos”, explicó María Eugenia Gonsebatt Bonaparte, experta en medicina genómina y toxicológica ambiental, a la Gaceta.
¿Qué otros daños tienen los recién nacidos por la contaminación?
En el estudio hecho por el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM se explica que los contaminantes del aire, a los que se exponen mujeres embarazadas, sí afectan a la talla y el peso de los bebés al nacer.
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“Consideramos las partículas como indicador de que había contaminación y observamos que, mientras más expuestas estaban las mamás y los bebés, más aductos de hidrocarburos tenían en su material genético y más daño en sus células sanguíneas. Además, observamos que a mayor exposición, hay un menor peso y tamaño de los bebés al nacer”, precisó Gonsebatt Bonaparte.
Para realizar la investigación, cuyos resultados fueron difundidos en abril del año pasado, se contó con la participación de aproximadamente 300 mujeres y sus recién nacidos; a las primeras se les tomó muestras de sangre y del cordón umbilical.
También se analizaron los niveles de material particulado (PM 2.5) y ozono reportados por la Red Automática de Monitoreo Atmosférico de la zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) en las áreas donde vivían las madres.
Las mujeres no eran fumadoras ni vivían con un fumador, así como los bebés se encontraron sanos y nacieron bien. Este estudio se hizo del 2014 al 2016 con el apoyo de la UNAM y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
La especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM añadió que no se conocen los efectos a largo plazo de los bebés expuestos a la contaminación, pero recomendó seguir monitoreando la contaminación e intentar disminuirla.
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