Desde el 2023, la sierra de Guerrero se mantiene bajo el asedio de distintos grupos criminales. Lo que ha provocado que los niveles de violencia incrementen en diferentes municipios.
A pesar de que en febrero de este año se realizó una tregua entre Los Tlacos, Los Ardillos y La Familia Michoacana, luego de una masacre que dejó 17 muertos, por lo menos, hay otro grupo que es considerado como el “nuevo” generador de violencia, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello.
En este sentido, el padre Filiberto Velázquez, director de dicha organización, señaló en entrevista con Milenio que este grupo ya existía en Guerrero; sin embargo, no estaba activo, pero resurgió al no aceptar la tregua entre integrantes del crimen organizado y ahora es el principal generador de violencia en Chichihualco.
El defensor de derechos humanos informó que el grupo criminal actual está vinculado con lo que ocurre en el estado actualmente, aunque no dió a conocer el nombre de la célula delictiva.
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Velázquez aseguró que el nuevo generador de violencia resurgió mediante alianzas con otros grupos por la información que ha trascendido en Guerrero, aunque el Centro Minerva Bello no lo ha podido comprobar. A pesar de esto, el sacerdote dijo que confía en la voluntad de los integrantes del crimen organizado para mantener la paz en la región.
Asimismo, afirmó que el apoyo de las autoridades también ha sido fundamental para pacificar la zona y espera que la región siga resguardada por elementos de seguridad.
¿En qué consiste la tregua entre grupos del crimen en Guerrero?
El director del centro de Derechos Humanos Minerva Bello dijo en entrevista con Jaime Núñez para Fórmula Noticias que no tiene conocimiento de si la tregua implica respetar los territorios, pero destacó que la sensibilización por parte de los obispos ha ayudado que se dé la tregua entre Los Tlacos y La Familia Michoacana.
Los sacerdotes de Guerrero son los que incentivaron la tregua entre las organizaciones delictivas. Velázquez apuntó que el acercamiento con los grupos delictivos siempre ha sido a través de llamadas, donde participan los liderazgos de ambos grupos criminales. En días recientes, estos obispos fueron clave para que exista una tregua entre Los Tlacos y Los Ardillos.
En Guerrero, estos grupos criminales no sólo controlan zonas dedicadas a la siembra y trasiego de drogas, sino también a ilícitos como la extorsión, secuestro, desaparición forzada y otros de alto impacto, tales como robo a transportistas y a ferrocarriles, de acuerdo con la consultora Integralia.