Para la siguiente administración, el o la próxima presidenta de México deberá de contar con una agenda que incluya políticas públicas para enfrentar la crisis hídrica que padece el país, considero el doctor Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En entrevista con Gregorio Martínez en ausencia de Joaquín López-Dóriga, el integrante del IMCO señaló que a finales de febrero se registró que la mitad de la población enfrenta sequía extrema, por lo que consideró que Claudia Shienbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez deberán centrar parte de sus propuestas para atender esta situación.
“Los estados de Chihuahua y Querétaro, toda la población, estaban en una sequía extrema o excepcional. Febrero fue el mes más seco de los últimos 9 años, entonces, si no nos ponemos las pilas como sociedad con la clase política que tenemos, o la que queremos tener, nos vamos a quedar sin agua porque no nos fijamos en el problema hasta que nos sucede. Necesitamos una agenda plural, completa y que empiece con una ley general de agua para reordene las capacidades y las atribuciones de los tres niveles de gobierno”, comentó.
Las recomendaciones del IMCO
El Instituto emitió una serie de recomendaciones para enfrentar la crisis hídrica en donde destacó el mejoramiento del monitoreo del uso del agua, principalmente en el sector agropecuario, con el objetivo de contar con datos e indicadores que permitan una gestión más eficiente del líquido en el país.
Te podría interesar
Señaló que es necesario desarrollar un plan para el uso eficiente del agua a través de la CONAGUA para que los usuarios del sector agropecuario no rebasen su volumen autorizado, pues consideró que se debe trabajar con los organismos locales y distritos de riego para implementar técnicas eficientes para el uso del agua, por ejemplo, el riego por goteo, por aspersión, el uso de reciclaje de aguas o la captación de aguas de lluvia.
Asimismo, el IMCO recomendó utilizar técnicas de conservación de suelos para mejorar la retención y uso del agua de lluvia, así como evaluar y actualizar la delimitación de los acuíferos en que se encuentra dividido el país con criterios geofísicos en vez de geopolíticos.