El 23 de marzo de 1994, Diana Laura, esposa de Luis Donaldo Colosio, estaba por contarle al entonces candidato presidencial del PRI que sus resultados de estudios médicos habían salido perfectos. “No tengo ni orzuela”, pensaba decirle.
No obstante, horas después el panorama y su vida cambiaría por completo.
De acuerdo con el relato de la periodista Norma Meraz, contado a Joaquín López Dóriga, Diana Laura entró en shock cuando se enteró de la muerte de su esposo, asesinado a balazos por Mario Aburto durante un mitin en Tijuana, Baja California, pues consideraba que ella se iba a ir primero.
"¡Esto no era así, yo me iba a ir primero, ¿Qué le voy a decir a mi hijo, se lamentaba”, contó la periodista.
Además, Diana Laura evitó hablar con el Presidente Carlos Salinas de Gortari, pues no le tomó la llamada de inmediato, hasta la madrugada y posteriormente “le leyó la cartilla” para decirle sus instrucciones y condiciones sobre el funeral de Colosio. Asimismo, también lo hizo esperar para verla.
Le indicó que no quería que se cremara y que ella tendría un espacio privado en la sede del PRI, donde sería homenajeado de cuerpo presente, para saber a quién recibía y a quien no.
Diana Laura ordenó que Manuel Camacho no estuviera en funeral de Colosio
Diana Laura también exigió a Salinas de Gortari que no estuvieran presentes ni Manuel Camacho Solís ni José Córdova Montoya.
Además, que funeral fuera en Gayosso Félix Cuevas, el cual se cerraría a las 10 de la noche, y al día siguiente tendría que regresar a Magdalena de Kino, Sonora, para ser enterrado.
La periodista, amiga cercana de la familia Colosio, contó que el funeral estaba lleno de reporteros de todo el país y aseguró que en el trayecto a la funeraria incluso Liébano Sáenz, cercano colaborador de Colosio, iba roncando.
Durante el funeral, Diana Laura enseñó a su suegra Ofelia una medalla con el Sagrado Corazón y una argolla de matrimonio y se lo dio.
“Esto es lo que nos ha dejado y esto es lo que nos va unir a usted y a mí para siempre”, le dijo.
El expresidente Carlos Salinas hizo guardia de honor 15 minutos y se fue. Además, llegó Manuel Camacho, por lo que Diana Laura ordenó a Alfonso Durazo, quien secretario particular Colosio, sacarlo.
Al día siguiente, la viuda del candidato priista se fue a su casa a ver a su hijo y a dar instrucciones a su hermana Hilda para que el niño no fuera a la escuela ni viera la televisión, hasta que ella misma hablara con él.
Meraz recordó que Diana Laura le pidió quedarse cuidando a sus hijos mientras ella se iba Magdalena de Kino a enterrar los restos de su esposo.
Diana Laura murió 8 meses después, en noviembre del mismo año y fue enterrada con Luis Donaldo Colosio.
La periodista concluyó su relato con un dato curioso: a los dos años los exhumaron para depositarlos en un Mausoleo familiar, pero antes de depositar los féretros, apareció un doctor amigo de la familia y puso una urna del féretro. Se trataba de la otra parte del cerebro de Luis Donaldo y del que Diana Laura nunca supo dónde estaba.