En Cuanajo, una localidad purépecha en la región de Pátzcuaro en Michoacán, las ofrendas de la Noche de Muertos se adornan con caballitos de madera, una de las tradiciones prehispánicas más significativas de México.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, resaltó que la población cree que estos caballitos ayudan a las almas a cargar las ofrendas de sus seres queridos. Estas ofrendas incluyen artículos religiosos y objetos personales del difunto, además de velas encendidas para guiar su camino.
Michoacán a la espera de la llegada de las ánimas
Ramírez Bedolla detalló que también se preparan platillos especiales para la llegada de las ánimas, como uchepos, corundas, atoles, pozole y churipo, entre otros.
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En el centro de Cuanajo, se exhibe un gran caballo adornado con flores de cempasúchil, el símbolo central para recibir a los muertos en un ambiente cargado de misticismo, mientras que en los hogares también se colocan caballitos de madera con el mismo propósito.
Ramírez Bedolla invierte más de 2 millones
Para preservar esta tradición ancestral, el Gobierno de Michoacán destinó 2 millones 728 mil pesos a los habitantes de 30 comunidades de Pátzcuaro y municipios a lo largo de la ribera del lago, con el objetivo de embellecer panteones, muelles y espacios públicos durante la Semana de Muertos.
Ramírez Bedolla subrayó que Michoacán es un destino privilegiado por su riqueza cultural, que cautiva a los turistas interesados en vivir de cerca estas impresionantes tradiciones, como las ofrendas y los caballitos de madera.