El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene varias actividades ilícitas en su cartera criminal y una de estas es el turismo sexual en el Caribe mexicano, zona que también se ha convertido en un corredor importante para el trasiego de drogas para este y otros grupos criminales.
La agrupación criminal se aprovecha de la llegada de mujeres migrantes que viajan a México con la esperanza de conseguir mejores oportunidades para salir adelante y de que muchas recurren al trabajo sexual como una forma de autoemplearse para ahorrar el dinero que necesitan para llegar a Estados Unidos, de acuerdo con una investigación de Milenio.
En esta zona también trabajan mujeres mexicanas, aunque en su mayoría son de otras nacionalidades, como colombianas, argentinas y venezolanas. Muchas trabajan como escorts y otras como trabajadoras sexuales, pero a todas el CJNG las extorsiona, así que deben pagar una cuota a cambio de que las dejen operar.
El cártel también se beneficia de la llegada de miles de turistas extranjeros, debido a que es uno de los destinos turísticos favoritos de personas de EU, principalmente.
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Quintana Roo y Yucatán son los estados en los que predomina el turismo sexual, así como la trata con fines de explotación sexual. Si bien hay varias mujeres que ejercen el trabajo sexual de manera voluntaria e independiente, hay otras que lo hacen de manera obligada por el cártel de las cuatro letras y por otras agrupaciones, sobre todo cuando se trata de migrantes.
Así es como el CJNG controla el turismo sexual
Distintas mujeres que ofrecen servicios como escorts relataron a Milenio que ofrecen sus servicios en línea o en centros nocturnos de los principales destinos turísticos del Caribe mexicano, como Playa del Carmen, Cancún, Mérida o Tulum.
Y aunque son independientes y no trabajan para ninguna otra persona, el CJNG termina por ubicar a quien ejerce el trabajo sexual, ya sea porque el personal de los hoteles les ayuda o porque algunos de sus integrantes las contactan bajo el pretexto de que son clientes que buscan sus servicios.
Una vez que consiguen su contacto empiezas a pedirles que paguen una cuota a cambio de que las dejen trabajar y si se niegan las amenazan. Estas extorsiones han provocado que varias trabajadoras sexuales tengan que huir de la zona para evitar que les pase algo, no pagar lo que les piden y seguir manteniendo lo que ganan sólo para ellas.
No obstante, hay otras que están de acuerdo con que el CJNG les cobre, debido a que reciben un tipo de protección y les ayudan cuando algún cliente es agresivo o toma otro tipo de actitud hacia ellas.
CJNG, detrás de la explotación sexual de migrantes
Algunas de las mujeres migrantes que ejercen el trabajo sexual en el Caribe mexicano llegan a México con engaños y una vez aquí las obligan a trabajar en algunos centros nocturnos hasta que paguen una cuota que suelen cobrarles en dólares.
Aunado a que les quitan sus papeles y condicionan su entrega hasta que liquiden su “deuda” obligatoria.
Incluso la Interpol tiene registro del turismo y trata con fines de explotación sexual de la zona; pues el organismo detuvo en julio pasado, junto con la Fiscalía General de la República (FGR), a Cristóbal Paulino “N”, identificado como el líder de una red internacional de trata que explotaba a mujeres en Yucatán.
El sujeto enviaba con engaños a mujeres de Colombia y fue acusado de trata de personas, en la modalidad de prostitución forzada o explotación sexual.
Paulino “N” decía que era un empresario y que era dueño de discotecas y restaurantes de alta gama. Sin embargo, engañaba a mujeres de su país, sobre todo de la Guajira, Valle del Cauca, Antioquia, Bogotá, de la región de Santander, e incluso Cartagena y Santa Martha para traerlas a México y explotarlas sexualmente.
Como esa red hay otras que operan en México con autorización y colusión de los cárteles de nuestro país, como el CJNG, siempre que les paguen lo que les piden.