En los últimos años se han revelado cada vez más los nexos entre autoridades y el crimen organizado. Personajes como Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, acapararon la atención en México, pero también existen casos de agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA) en los Estados Unidos que estuvieron ligados con el narco.
Una sentencia del fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, condenó a dos exagentes que utilizaron su acceso a la información de la DEA para advertir a sus clientes acerca de acusaciones e investigaciones que se llevaban en su contra. Algunos de estos, reveló la periodista Laura Sánchez Ley, eran narcotraficantes considerados como “objetivos prioritarios” de la dependencia.
Los "soplones" de la DEA fueron John Costanzo Jr., quien fungió como supervisor de la oficina local de la Agencia en Miami hasta junio 2019, y Manuel Recio, un exagente especial que se retiró de esa misma oficina en 2018, pero que cinco años después fue condenado por los delitos de conspiración para cometer soborno, pagar o recibir sobornos y fraude electrónico de servicios honestos, según el comunicado oficial del caso.
Costanzo y Recio: ¿Cómo ‘soplaron’ información de la DEA al narco?
El fiscal Williams informó en la audiencia final de los exagentes que estos “traficaron información sensible no pública a cambio de dinero en efectivo y otros valiosos beneficios financieros”. Esto, señaló, puso en peligro la seguridad tanto pública como la de sus compañeros de trabajo.
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De acuerdo con la relatoría de la DEA, luego de que Recio dejara de ser agente, comenzó un negocio de servicios de investigación privados para abogados y defensores penales, a quienes ayudó también a reclutar clientes.
“Casi desde el retiro de Recio hasta noviembre de 2019, éste acordó brindarle beneficios a Costanzo a cambio de que le proporcionara información no pública sobre las investigaciones de la DEA”, informaron sobre las pruebas del caso.
Además de las investigaciones, entre la información que entregó Costanzo estaban las identidades de personas acusadas, el momento en el que se harían los señalamientos e incluso las fechas de los arrestos. Todo esto, obtenido desde el Sistema de Información Sobre Narcóticos y Drogas Peligrosas de la DEA.
Recio habría pagado 2 mil 500 dólares a Costanzo por la primera información que le ayudó a reclutar clientes para los abogados que contrataban sus servicios. A partir de ese primer pago, el exagente recibió decenas de miles de dólares desde la compañía del veterano, así como otros 50 mil dólares transferidos al funcionario aún vigente desde un familiar cercano del funcionario retirado.
Ambos acusados fueron condenados por tres delitos. El primero fue conspiración para cometer soborno, con una pena máxima de 5 años de prisión, el otro fue por recibir y pagar un soborno, con hasta 15 años de cárcel, y el último fue por conspiración para realizar fraude electrónico de servicios honestos, que contempla hasta los 20 años tras las rejas al ser declarados culpables de transferir información de la DEA al narco.