En medio de la constante crisis por fentanilo que afecta a norteamérica, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos alista una serie de medidas para mitigar la fabricación ilegal, reducir la oferta de opioides y reforzar la investigación a los cárteles que la producen y trafican desde México y otros países.
Una de las acciones que Estados Unidos pretende tomar frente a este panorama es ampliar su Unidad de Investigación Criminal Trasnacional (TCIU, por sus siglas en inglés) en México, un mecanismo que se encarga de la aplicación de la ley en el extranjero “incluida la interdicción de precursores químicos, el cierre de laboratorios clandestinos y el arresto de narcotraficantes.
De acuerdo con el reporte de “Estrategias para el combate de los opioides ilícitos” los agentes del TCIU que hay en México se han vuelto clave en la lucha contra los opioides como el fentanilo,
“Los oficiales y fiscales asignados a la TCIU de México se despliegan en lugares de todo el país en fomento de investigaciones de alto perfil dirigidas a los cárteles mexicanos y otras TCO”, señalaron. En ese sentido, el plan es que para 2025, estas corporaciones crezcan “agresivamente” para mejorar la operatividad y centrarse en la fabricación ilícita de opioides.
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De acuerdo con las Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglás en Inglés) es en México donde “se produce la mayor parte del fentanilo que causa estragos entre los estadounidenses”
Dado este panorama, el Centro Nacional de Contrabando de Efectivo a Granel (BCSC) también incrementará el apoyo a “las investigaciones financieras específicas para la región fronteriza suroeste y México” .
Por otro lado, el contrabando ilegal de armas también será un punto importante dentro de la estrategia de control de opioides, esto dado que en 2022 los socios de Operación Sin Rastro, un proyecto de DHS para combatir este tema, iniciaron 272 investigaciones penales que consiguieron arrestar a 302 personas, incautar 514 armas de fuego, 1 mil 019 cargadores y más de 284 mil cartuchos.
Los opioides que llegan a los Estados Unidos, señalaron, son creados con químicos que los cárteles mexicanos obtienen desde Asia. En este sentido, el HSI creará un proyecto que permita involucrar de manera proactiva a aquellas “empresas químicas nacionales que exportan precursores químicos ilícito a México”. Esto con el fin de que estos negocios estén informados y haya forma de demostrar intención de participación si alguna de ellas llega a involucrarse con los cárteles.