Ambulancias y paramédicos de Nueva York acudieron a una guardería para atender a tres bebés de entre 8 meses y 2 años, que mostraban un letargo inusual cuando los despertaron de sus siestas. Un cuarto niño, que había dejado la guardería también fue trasladado al hospital.
Uno de ellos, Nicholas Dominici, fue declarado muerto en el hospital. Habría cumplido 2 años en noviembre. Hasta el lunes, el médico forense de la ciudad no había revelado la causa de su muerte, pero el jefe de policía reveló que las pruebas médicas mostraron que los otros tres bebés tenían fentanilo en sus sistemas.
Posteriormente, la Policía encontró un kilo de fentanilo debajo de los tapetes donde los bebés dormían la siesta.
Esto ocurrió en un departamento que funcionaba como guardería, por un permiso otorgado por el gobierno local, poco después de que funcionarios realizaran una inspección en el lugar.
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Los inspectores reportaron que la guardería cumplía con una lista de verificación de 40 puntos y apuntaron que “todos los medicamentos y sustancias tóxicas” se estaban “almacenando de manera que no se creara ningún peligro” y que “los artículos venenosos, tóxicos, inflamables y peligrosos son inaccesibles para los niños”.
“Lo siento mucho, pero una de las cosas para las que mis inspectores de cuidado infantil no están capacitados es buscar fentanilo”, dijo el doctor Ashwin Vasan en conferencia de prensa; "pero tal vez necesitemos empezar", agregó.
Las autoridades habían dicho anteriormente que encontraron el kilogramo de fentanilo en un armario del pasillo, junto con un par de prensas de kilos utilizadas para envasar grandes cantidades de drogas.
Otra prensa fue encontrada en el dormitorio de un inquilino de 41 años que alquilaba la habitación a la propietaria de la guardería. Ambos fueron acusados de asesinato por mostrar "depravada indiferencia" ante la muerte de Nicolás.
Méndez y Brito fueron procesados el domingo por la noche en el Tribunal Penal del Bronx. El abogado de Méndez, Andrés Aranda, dijo en su lectura de cargos que no había indicios de que Méndez supiera algo sobre las drogas.
*Con información de The New York Times