El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dejará un legado que será recordado por las próximas generaciones, y es que quiere que vuelvan las líneas férreas a México, pero ¿cómo eran los trenes de pasajeros que había en el país antes de que llegara Zedillo?
Después de que Ernesto Zedillo llegara al poder, en 1995 decidió privatizar Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), por lo que a partir de entonces empresas privadas se dedicaron a la actividad ferroviaria, quienes se enfocaron únicamente al transporte de mercancía.
Sin embargo, la demanda también fue en picada, a causa de "la mayor competitividad, calidad y flexibilidad del autotransporte", de acuerdo con el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero.
Por lo anterior en 2001 se anunció la desaparición del FNM, lo que llevó a que el territorio nacional prácticamente se quedara sin transporte ferroviario de pasajeros.
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¿Cómo eran los trenes de pasajeros que había en México?
Anteriormente los trenes eran manejados con locomotoras de vapor que son una gran maquinaria de hierro colado, con una gran caldera alimentada por agua.
El vapor que se genera sale por unas válvulas e impulsa alternadamente dos pistones que a su vez mueven unas bielas que hacen girar las ruedas. En tanto que las ruedas están unidas por un eje, de manera que se mueven uniformemente, con una diferencia de un cuarto de giro entre un lado y otro.
Es precisamente la presión generada por el vapor lo que le da el poderoso impulso para mover los vagones, así como el sonido característico de un tren en movimiento.
Respecto al servicio de pasajeros que ofrecían las empresas ferroviarias se encuentran el de primera, segunda y tercera clase, así como pullman. Además, se puso a disposición una gama de servicios que incluyeron trenes ordinarios y de recreo o turísticos compartiendo espacio con el equipaje, comedor especial, dormitorios y observatorios.
Los coches de primera clase tenían 56 asientos que eran removibles, con estufa para leña, dos gabinetes de aseo y dos excusados. El de segunda clase tenía 56 asientos con respaldos fijos y dos excusados. Mientras que los de tercera tenían 80 asientos formados por bancos corridos a los costados del vagón y una banca central, así como un baño.
La historia ferroviaria en México
Cabe recordar que los primeros intentos por consolidar este medio de transporte surgieron en 1837 durante la gestión del presidente Anastasio Bustamante, quien otorgó la primera concesión a Francisco de Arrillaga para la construcción de una vía férrea de México a Veracruz.
No obstante, no se llevó a cabo, por lo que fue hasta 1842 con el presidente Antonio López de Santa Anna cuando se otorgó una segunda concesión, ahora a la Comisión de Acreedores, para materializar un camino de Veracruz a San Juan; y en 1853 una tercera a John Laurie Rickards para completar la línea de Veracruz a la Ciudad de México. Al no mostrar resultados, otorgó otra concesión a la compañía de los hermanos Mosso en 1856, quienes posteriormente la transfieren a Antonio Escandón.
Para 1862, ya había 41 kilómetros que operaban normalmente, pero con el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejeda y posteriormente Porfirio Díaz, se ampliaron y construyeron nuevas estaciones y comunicaciones ferroviarias por diversas compañías francesas, inglesas y estadounidenses.
En tanto que para 1910, México contaba con 20 mil kilómetros de vías férreas operando diariamente; mientras que para finales del gobierno de Díaz se creó Ferrocarriles Nacionales de México, organismo que se encargó de administrar las concesiones de todos los ferrocarriles del país.
Si bien durante la Revolución Mexicana, los ferrocarriles sufrieron un claro deterioro, fue hasta 1937 que el presidente Lázaro Cárdenas decidió expropiarlos y nacionalizarlos.
En la actualidad los trenes de pasajeros que existen son Tijuana-Tecate, El Chepe, Tequila Express, y pronto entrarán en operación el Tren del Istmo, Tren Maya, El Insurgente, en tanto que para 2050 se planea construir 11 rutas más que se conectan entre ellas para que las vías ferroviarias vuelvan a su auge en territorio mexicano._ Con información de UNAM, Conaculta y Mexicana