Constantes bloqueos, atribuidos a presuntos grupos criminales, han ocasionado una situación de desabasto de alimentos y de combustibles en algunas zonas de Chiapas, según se reporta en redes sociales y diferentes medios de comunicación.
El desabasto de combustible se reportó por lo menos desde el 3 de septiembre en los municipios de Oxchuc, Altamirano y Ocosingo debido a bloqueos en la carretera Panamericana.
Los conductores de los tráileres, que tienen una ruta contemplada para pasar por ahí, evitaban atravesar la vía para no correr el riesgo de ser secuestrados o de perder su mercancía, según informó El Diario de Chiapas.
Los bloqueos se atribuyen a maestros, al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), al que se ha acusado de ser un grupo criminal con fachada de izquierda y a El Maíz, presunto brazo social del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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La escasez de alimentos provocó, desde ese momento, que su precio se incrementara, por lo que la ciudadanía pidió una solución a las autoridades.
La tortilla ha sido uno de los alimentos más afectados, pues varios establecimientos han parado la venta ante la ausencia de insumos, problema que se suma al cobro de piso, delito que, de acuerdo con Grupo de Industriales de la Masa y la Tortilla "Somos Chiapas” va en aumento en el estado.
El litro de frijol (medida de la región que equivale a 761 gramos), por su parte, alcanzó recientemente los 100 pesos en Frontera Comalapa, según reporta La Jornada.
Un ciudadano comentó al mismo diario que también hay desabasto de combustible en Frontera Comalapa y en Chicomuselo, localidades a donde no han podido llegar las pipas a abastecer lo que mantiene a la población en un estado de estrés y preocupación.
CJNG y Cártel de Sinaloa tienen presencia en Chiapas desde hace años
La misma persona señaló que las pipas dejaron de llegar a Chicomuselo por la presión de el grupo El Maíz para que los conductores se unan al grupo criminal.
Desde el año 2020, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) confirmó que el Cártel de Sinaloa y el CJNG tienen presencia en Tabasco, Quintana Roo y Chiapas, donde también mantienen operaciones de lavado de dinero.
Sin embargo, registros indican que ambas organizaciones criminales operan en las cuatro entidades de la frontera sur desde el año 2017, incluso el Cártel de Sinaloa opera en la zona desde 2013.