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Erradicando mitos: "Las personas que se suicidan no lo hacen por cobardes"

En este Día de la prevención del suicidio existen mitos y tabúes con respecto a este problema que afecta a los jóvenes.

Se deben eliminar los mitos y tabús del suicidio. Créditos: Freepik
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En los últimos meses la Ciudad de México ha vivido varias escenas de personas que se avientan de hoteles en Reforma y unos otros en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, lo cual es una clara señal de que se debe de hablar de la prevención del suicidio en el país.

A finales del siglo XX, las personas consideraban que los únicos que iban a terapias eran los “locos”, aunque en realidad, pese a los tratos despectivos, esas personas lo que buscaban era una solución a aquellos problemas que tenían en mente. Por otra parte, si alguien se suicidaba era una vergüenza para sus familiares.

Pero ahora, el mito y tabú desaparecieron y se debe de hablar de la realidad que vive México, pues el suicidio se posiciona como uno de los problemas de salud pública más alarmantes y más entre la población joven entre 14 y 29 años.

Un ejemplo de ello fueron los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) donde se muestra que en el 2022 se registraron 8 mil 237 fallecimientos por estas causas, 22 casos por día.

Se pronostica que en el 2029 será la segunda causa mortal de jóvenes a nivel global, aunque en México, el suicidio ya es la cuarta causa de muerte (INEGI).

La realidad del suicidio en México

Ante estos datos alarmantes que hay en México la Asociación Civil “Es tiempo de hablar” habló con Radio Fórmula para conocer lo que sucede en México con respecto al tema y conocer más sobre las acciones para impulsar la prevención del suicidio.

El suicidio es un tema que está presente, pero no se habla y no se pueden brindar estadísticas oficiales porque no las hay “porque a la hora que una persona fallece hay veces que no dan el veredicto o el motivo por el que fue y más por el estigma que hay”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada 90 segundos una persona se está suicidando y al inicio de la pandemia, estos incrementaron. Además antes de que llegara la pandemia se pensó que el suicidio era entre adolescentes a personas de 30 o 35 años, pero “a raíz del COVID el suicidio ya llegó a los niños”, señaló Maureen Terán, conferencista, tallerista, escritora y fundadora de “Es Tiempo De Hablar”.

“Hay estudios que desde los ocho años para adelante y yo cuando lo entrevisté me partió el corazón porque dije: qué puede estar pasando un niño, pensando y llevarlo a eso o qué tipo de información está viendo para llevarlo a eso”.

Esto como consecuencia del miedo que tienen las personas de hablar las cosas como son porque “rechazamos la acción del suicidio”.

“Cuando escuchamos que una persona se suicidó muchos lo toman como una persona cobarde que la vio fácil y matarse fue lo mejor que pudo hacer, pero yo me pregunto y digo: ¿tú crees realmente atentar hacia tu vida o hacerte daño está fácil? Pues no”, dijo.

También Maureen hizo referencia a las creencias que las personas tienen sobre estos actos, la cual algunos dicen que si te matas te vas al infierno porque “eso es pecado”.

“El suicidio no se está haciendo menos, cada día se hace mayor y hoy en día me he topado que hasta en las redes sociales tienes que maquillar la palabra suicidio porque si no te bloquean”, comentó.

Aunque una de las cosas que Maureen señala y con lo cual busca que se prevenga el suicidio es escuchar a la persona y mostrarle apoyo, pues cuando “una persona decide suicidarse no le está diciendo adiós a la vida, a lo que le está diciendo es adiós a ese dolor emocional que no puede cargar con el y que por miedo a ser rechazado y por miedo a compartirlo te lo tragas”.

No importa que tenga todo el dinero o los grandes amigos, la persona que decide suicidarse es porque tiene un problema que lleva arrastrando y lo que uno debe de hacer es “ser empáticos” y no burlarse, es mejor apoyarlo para que pueda ir a terapia.

Esta prevención busca crear conciencia y señalar que hoy en México, estos problemas se solucionan con medicamentos, que algunas veces no tienen abasto y terapias que cuestan más de 500 pesos y que ningún seguro cubre, porque invisibilizan esta enfermedad.