En medio de los colores y el orgullo de la Marcha LGBT+ en la Ciudad de México, decenas de personas alzaban globos blancos con fotografías. “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”, gritaban para exigir la presentación con vida de las cientos de personas de la diversidad sexual que han desaparecido en México.
En ese contingente, María Guadalupe Suárez Vázquez caminaba usando una playera con el rostro de su hija Margarita Cuevas Suárez, joven de 19 años que desapareció el 5 de junio de 2022 en la colonia Ampliación de Tepepan de Xochimilco.
“(Venir a marchar) me da esperanza de que se visibilice que mi hija era lesbiana, desapareció y que le pongan atención en su búsqueda”, comentó.
Margarita lleva un año desaparecida, las autoridades no han podido detener a la persona que la arrebató de su familia, a pesar de que la tienen plenamente identificada. Como este caso, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas (RNPDNO) en México contempla 78 desapariciones de población LGBT+ entre 2012 y 2023.
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“Hay un gran vacío de información sobre las personas de la diversidad sexual y de género en los registros que aparecen en la Plataforma Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas”, explicó Rocío Suárez del Centro de Apoyo Para Identidades Trans, una de las organizaciones convocantes a la marcha del pasado 24 de junio.
Entre 2012 y 2018, las autoridades mexicanas sólo registraron una desaparición por año, a excepción del 2015 que no hubo reporte alguno. De 2019 en adelante, el gobierno registró cada vez más casos, pasando de 3 a 14 en 2022 y nueve hasta marzo de 2023.
De cualquier forma, en 50 años casi 80 personas desaparecieron oficialmente. Sin embargo, existe un subregistro de casos que el Centro ha contrarrestado los últimos 10 años con un registro de 124 personas de la población LGBT+ desaparecidas en México.
De acuerdo con Suárez, la información en el RNPDNO es escasa para dar un panorama sobre el estado de las desapariciones de la diversidad sexual.
“Tener esa información desagregada nos permitiría encontrar patrones. Por ejemplo, en las mal llamadas 'terapias de conversión' hay población LGBT+, sobre todo hombres gays y lesbianas que han sido internados a este tipo de espacios sin consentimientos de de ellos o de ellas”, comentó.
¿Dónde desaparece la población LGBT+?
El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio en México reconoció las desapariciones de personas cisgénero y heterosexuales que se presentan en condiciones diferentes a las de la comunidad LGBT+.
La violencia contra la diversidad sexual sigue latente en México, además de que, por lo general, son familias sociales (núcleos de apoyo que se forman ante el rechazo de su propio núcleo familiar) o amistades quienes se encargan de buscar a la persona desaparecida.
“Sus trayectorias de desplazamiento implican no sólo un tránsito de territorio, sino de identidad”, se lee en “La desaparición de personas LGBTI+ en México, una guía para su registro y seguimiento”. En pocas palabras, se vuelve más difícil localizar a una persona que ha modificado su nombre, su cuerpo y su experiencia vital.
La edad promedio de las personas desaparecidas es de 28 años, aunque la más pequeña reportada tiene 16 años, de acuerdo con la base de datos “Desaparecidxs LGBT+” a la que tuvo acceso Grupo Fórmula.
Por otro lado, los estados donde el Centro ha registrado más personas de la diversidad desaparecidas son Veracruz, Jalisco y Ciudad de México con 12, 16 y 11 casos, respectivamente.
Dentro de las búsquedas se ha vuelto fundamental la familia social. Suárez recalcó que “en algunas ocasiones las personas de la comunidad no están cercanas a su familia, van a grandes ciudades y la familia la encuentran en otras comunidades entonces levantan la denuncia o intenta organizar”. Son en general ellos quienes denuncian la no localización.
La crisis de las desapariciones ha afectado a decenas de personas en el país, pero especialmente a aquellos grupos históricamente vulnerados. La Marcha del Orgullo LGBT+ sirvió a decenas de familias para exigir la búsqueda con grupos especializados de las personas de la diversidad que siguen sin ser apropiadamente registradas.