Durante la conferencia mañanera del miércoles, la titular del otrora Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, acusó que en los sexenios de 2000 a 2018, los gobiernos entregaron 45 mil millones de pesos como parte del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) para investigaciones que favorecieron a empresas privadas.
Pero parece que se trató de un malentendido, por no decir que fue un error malintencionado. Pues de acuerdo con David Romero, investigador en el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM e integrante de Prociencia, esta cifra presentada por la titular del Conacyt no corresponde con la realidad, además de que se manejó de forma imprecisa.
"El número al que se refiere no es exacto. El monto total de los proyectos no fue de 45 mil millones, fueron 55 mil millones", aclaró en entrevista para "Atando Cabos" con Denise Maerker.
Sin embargo, abundó, prácticamente el 60 por ciento de esos recursos los aportaron las empresas, pues el programa contemplaba una colaboración entre instituciones públicas y privadas de educación e investigación con micro, pequeñas y grandes empresas.
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En la conferencia matutina, María Elena Álvarez-Buylla destacó sobre todo a las últimas, como : Kimberly Clark, Femsa, Monsanto, Continental, Volkswagen, Bayer, BMW, Honeywell, Ford, IBM, LG, Motorola, Nissan, Whirlpool, RH México, Proft Tech, Intel.
"Entonces, decir que se transfiere esa cantidad no es cierto", argumentó. "El monto total de esos proyectos incluido las aportaciones de las empresas privadas más las aportaciones de Conacyt sumaron 55 mil millones".
Conacyt sólo puso una parte del dinero
A partir de los datos oficiales, Romero explicó que la aportación pública para estas investigaciones fue menos de 26 mil millones de pesos. Una cantidad aún muy elevada. Sin embargo, de esa, buena parte se transfirió a universidades e institutos de investigación públicos y privadas, mientras que cerca de la mitad de esa cifra, unos 13 mil millones, fue lo que realmente llegó a las empresas.
"El aporte público que llegó a empresas fue mucho menor de lo que se dice. Fue como de 13 mil millones de pesos. Y lo que llegó a grandes empresas fue todavía menor, del orden de 7 mil millones de pesos. Entonces, en realidad se están manejando los números como para escandalizar con un monto bastante elevado, desdeñando la contribución de las empresas", acotó.
Durante la conferencia, Álvarez-Buylla cuestionó que entre estos proyectos de investigación financiados con recursos públicos se encontraron algunos para mejorar "la pintura y el color de la carrocería", para perfeccionar un empaque de pizza y hasta para salsas en productos chatarra.
Sobre este comentario, David Romero precisó que si bien sí se realizaron algunos proyectos para productos específicos, en realidad esos recursos se usaron para más de 5 mil proyectos que se apoyaron con esos recursos.
"Por ejemplo, el mejoramiento de pinturas nada más quisiera recordar que por ejemplo Comex tiene un centro para la investigación de polímeros en el cual lo que se busca no es mejorar los colores, es mejorar la resistencia, la protección del color, el grado de absorción de luz ultravioleta como para hacer más frescas las cosas. En realidad es un tema complejo que sí requiere investigación. Entonces, creo que no es muy válido minimizar las contribuciones de ese tipo de investigación", reviró.
Además, defendió la inversión en la investigación para las empresas con el fin de mejorar la calidad de sus productos, pues con ello además de vincular a instituciones públicas y estudiantes con la investigación y con ello mejorar la producción de las empresas, se pueden generar más empleos y alentar la inversión privada tanto en innovación como en nuevos productos.
¿Por qué se multiplicaron los fideicomisos del Conacyt entre 2000 y 2018?
Denise Maerker también cuestionó que en ese periodo se multiplicaran los recursos usados a través de fideicomisos, como se mostró en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Sin embargo, a pesar de las críticas del gobierno de AMLO a estas figuras, estas tienen una razón de ser para apoyar proyectos científicos: resulta que los recursos públicos se ejercen por partidas anuales, mismas que si no se utilizan en su totalidad, se tienen que devolver. Por lo que esto interrumpiría el flujo de recursos para investigaciones, mismas que no suelen concluirse en un año calendario.
"Los fideicomisos hicieron como una manera de poder ejercer el dinero público de una manera transanual. Todos los proyectos de investigación o la mayoría de los proyectos de investigación rara vez se completan en un año, pueden tomar dos o hasta tres años", expuso.
Agregó que los recursos se colocaron en fideicomisos donde se concentraba dinero tanto del Conacyt como de otras instancias que apoyaban la investigación, incluidas secretarías de Estado.
Mientras que el incremento de los fideicomisos, que según Álvarez-Buylla llegaron a 91 en el sexenio de Peña Nieto, se dio por dos motivos: el aumento de los recursos para la investigación por esta vía; y la creación de un programa de fondos mixtos, en que participaban recursos del Conacyt en colaboración con las entidades federativas.
"La intención era estimular la investigación de los estados con aportaciones de los estados pero también del Conacyt. Entonces nuevamente el número de fideicomiso subió tanto como el número de estados", comentó Romero.
De este modo, el Conacyt presentó información imprecisa en la conferencia mañanera del presidente AMLO el miércoles pasado en relación con el gasto en investigaciones y el dinero que se otorgó a empresas, defendió el investigador David Romero.