Con el constante despertar del volcán Popocatépetl, los pobladores de lugares como San Nicolás de los Ranchos, Puebla, han aprendido a vivir y convivir con él. Sin embargo, reconocen que tras la erupción del pasado 20 de mayo la caída de ceniza es inusualmente alta.
“Está cayendo más ceniza. Nosotros de manera preventiva estamos distribuyendo cubrebocas a toda la población”, dijo el alcalde del municipio, Gumaro Sandre, en entrevista con Denise Maerker.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la ceniza se produce a partir de “la fragmentación de las rocas durante la erupción y tienen un tamaño menor a 2 mm”. En un primer momento sale caliente del volcán, pero al enfriarse viaja largas distancias.
La inusual ceniza del Popocatépetl
En San Nicolás de los Ranchos viven 11 mil 800 personas, quienes desde hace unos días han sido testigos de una actividad del Popocatépetl tan intensa que mantiene la alerta en Amarillo Fase 3, una de las más alta del último año.
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“Los tremores y las explosiones que ha habido aquí, aunque el del material que arroja sólo queda ahí en las paredes del cráter, los tremores han sido muy fuertes principalmente el día domingo por la madrugada y el lunes en el transcurso de la mañana”, explicó.
En atención a estas alertas, el alcalde de San Nicolás de los Ranchos explicó que se definieron concretamente las rutas de evacuación en caso de que se llegue a una alerta roja.
Además de que en cuanto a las enfermedades respiratorias, cutáneas y oculares declaró que el gobierno estatal instaló “una unidad de atención especializada para quien tenga este tipo de enfermedades por remisión de cenizas”, mientras cesa la actividad del volcán Popocatépetl y se mantienen las medidas de prevención en caso de una nueva erupción.