Gracias al Título 42, Estados Unidos expulsó a 2.5 millones de personas a México, entre 2020 y 2023, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). Esto como parte de una restricción sanitaria para atender la crisis por COVID-19 que se vivía alrededor del mundo.
Este 11 de mayo a las 00:00 horas esas restricciones llegaron a su fin, lo que pronostican un flujo migratorio más intenso al país vecino ante el cese de una de las políticas más polémicas del expresidente de ese país Donald Trump.
En la zona fronteriza de México, los albergues ya reportan estar saturados, pero también hay decenas de personas intentan cruzar por Tamaulipas, Ciudad Juárez o Río Bravo, pese a que las leyes migratorias de Estados Unidos seguirán aplicándose.
¿Qué es el Título 42?
El Título 42 quedó estipulado en la Ley de Servicio Público de Salud de 1944, en la cual se establece que cuando la salud pública esté en riesgo, como sucedió con el COVID-19, “de conformidad con las normas aprobadas por el Presidente, (se) tendrá la facultad de prohibir, en todo o en parte, la introducción de personas y bienes de los países o lugares que designe para evitar tal peligro”.
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En pocas palabras, la aplicación del Título 42 permitió a los Estados Unidos expulsar de inmediato a los migrantes en la frontera para mitigar la propagación del virus SARS-CoV-2, en vez de procesar sus solicitudes de asilo al país.
Esta medida permitió más de 2 millones de expulsiones por las fronteras de Canadá y México, siendo la mayoría de por el suroeste del país. Aunque, desde que se comenzó a aplicar, activistas y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) denunciaron que el Título 42 violaba los derechos humanos de las personas migrantes.
¿Cómo afecta a México el fin del Título 42?
Terminar con las expulsiones inmediatas dio la percepción de que habría una frontera abierta para quienes buscan cruzar Estados Unidos, ya sea por solicitud de asilo o de manera irregular. Aunque esto no es completamente cierto.
Desde hace semanas, miles de migrantes comenzaron a llegar a la frontera de México y Estados Unidos, donde los albergues y espacios que apoyan a las personas en movilidad han reportado saturación de los servicios y recursos con los que cuentan.
A la espera de que se abra la frontera, decenas de personas se asilan en albergues fronterizos, duermen en las calles o banquetas el cese de las restricciones.
Sin embargo, el fin del Título 42 no elimina otras restricciones migratorias como las contempladas en el Título 8, entre las que se encuentran las deportaciones a países de origen o directamente a México sin necesariamente ser de esa nacionalidad. Es decir, es probable que se deporte a decenas personas a territorio nacional ante el incremento de personas en movilidad,
¿Qué sigue tras el fin del Título 42?
Aunque el Título 42 llegó a su fin, el gobierno de los Estados Unidos se preparó para la ola migrante. En un primer momento, Greg Abbott, titular del estado de Texas, creó una Fuerza Táctica Fronteriza, parte de la Guardia Nacional, asignada a los puntos calientes que dividen a México de Estados Unidos en su estado.
La advertencia fue clara: “Van a repeler y devolver a los migrantes que intenten cruzar de manera ilegal”.
Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad, anunció que se enviarían 24 mil agentes más a la frontera sur. Además de que el Departamento de Seguridad Nacional precisó que con el fin del Título 42, “el país regresa a hacer cumplir todas las leyes de inmigración bajo el Título 8”, en la cual se contempla la aprehensión, procesamiento y deportación exprés de aquellas personas “sin justificación legal” para permanecer en Estados Unidos.
A diferencia del Título 42, ésta otra política contempla sanciones criminales cuando se cruza de forma irregular al país vecino. Entre ellas: la deportación, una prohibición de 5 años para entrar a Estados Unidos y encauzamiento criminal (proceso legal) para quienes intenten ingresar a la nación en repetidas ocasiones.
A éstas medidas se le suma la reciente promulgación de una ley migratoria que considerará “no aptos” para solicitar asilo a aquellas personas que crucen regularmente la frontera.
El fin del Título 42, la aplicación del Título 8 y el reforzamiento de línea fronteriza entre México y Estados Unidos ante la ola migrante ha venido acompañada de una idea inexacta de que el cese de las restricciones sanitarias abrirán la frontera para todas las personas en movilidad que buscan llegar al sueño americano.