En México se desconoce la cifra exacta de casos de mujeres víctimas de violencia ácida, sin embargo, la Secretaría de Salud federal contabilizó en 2021 al menos 154 ataques con ácido, aunque grupos de activistas consideran que el número es mayor y es que víctimas no denuncian por la falta de protocolos y respaldo por parte de autoridades.
Al año se registran alrededor de mil 500 ataques con ácido en el mundo, de los cuales más del 80 por ciento de las víctimas son mujeres y el 90 por ciento de los agresores son hombres, según datos de Acid Survivors Trust International (ASTI), que colabora con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con ASTI, el mayor índice de casos de violencia ácida se registran en el sureste de Asia, África subsahariana, India occidental y en el medio oriente; sin embargo, las cifras están creciendo en América Latina, principalmente en países como México.
En entrevista para Radio Fórmula Digital, la activista María del Pilar Trejo Castro del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (Cafis) A.C. explicó que los ataques con ácido son resultado de la violencia “machista y sexista de marcar a la mujer”.
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“Tiene que ver con un marcaje. De no marcar a la mujer, la mujer empieza a tomar espacios, la mujer empieza a tomar lugares, empieza a tomar voz y entonces este sistema, que está plagado de machismo en donde las mujeres no tenemos las mismas oportunidades o no existen bajo la misma balanza, entonces hay como un enojo por parte de estas personas.
"[…] Por ejemplo, en Asia o en casos registrados en los países islámicos, pues son justo para eso, para marcar a las mujeres y decirles ‘ya no puedes participar de la misma manera, estás marcada’”, expuso la también maestra en Comunicación.
Víctimas no denuncian porque no se consideran víctimas de violencia de género
En muchos de los casos, las víctimas no se reconocen como víctimas de violencia de género, señaló Trejo Castro, pues indicó que algunas mujeres consideran este tipo de ataque como cualquier otro, incluso lo comparan con los robos comunes, sin saber que se trata de un acto machista y misógino.
“Lo primero es el reconocerte como víctima, el reconocerte que sí es una agresión, el reconocerte que es una violencia que tiene que ver con el género, con un sistema machista, patriarcal, sexista”, dijo.
Y es que las mujeres víctimas de violencia ácida no se reconocen como tales debido a la revictimización por parte de las autoridades y de la sociedad, entre otros factores.
“Te dicen cómo ibas vestida, por qué a ti, qué estabas haciendo, con quién te metes, seguramente porque debías algo”, señaló la activista, quien también destacó la carencia de protocolos que promuevan las denuncias.
Pilar Trejo comentó que su amiga Gabi fue víctima de violencia ácida y después de este episodio conoció los casos de otras cinco mujeres en Puebla. Recordó que a las seis víctimas les rociaron el mismo tipo de ácido: sulfúrico, el cual se caracteriza por dejar cicatrices de color “café oscuro”.
De los seis casos, en por lo menos tres no se les recomendó a las víctimas denunciar desde el hospital, acusó la activista.
“Llegas al hospital y hay un protocolo, pero justo para la violencia ácida de decirte que tienes el derecho a denunciar, que puede haber un seguimiento, no lo hay o al menos en los dos casos que platiqué con las chicas y en el caso especial en el que estuve implicada no existió ningún protocolo que dijera o que te indicara, qué tenías qué hacer”, narró Pilar.
Un ‘pequeño pasito’ hacia la justicia en casos de violencia ácida
Pese a los distintos casos en México, apenas el pasado 18 de octubre de 2022, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto que reforma la fracción II del artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
En dicho decreto se consideran los ataques con ácido o sustancias corrosivas como violencia física contra las mujeres. La ley define como violencia física a "cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma, objeto, ácido o sustancia corrosiva, cáustica, irritante, tóxica o inflamable o cualquier otra sustancia que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas o ambas”.
Además, en noviembre pasado, el Senado de la República aprobó sancionar con hasta 13 años de prisión a quienes agredan con ácido o sustancias químicas a una mujer y en caso de que el agresor tenga una relación sentimental o de parentesco con la víctima, puede obtener una sentencia de hasta 22 años de cárcel.
“Es un avance el reconocimiento de la violencia (ácida), que existe, que está, que es un arma que están utilizando para decirle a las mujeres: 'no tomes espacios, no avances y ni tu cuerpo, ni tus decisiones ni nada te pertenecen, le pertenecen a la sociedad' […] Ese reconocimiento es súper válido porque les va a permitir o nos va a permitir a muchas de las mujeres reconocernos violentadas”, comentó la activista.
Reiteró que el reconocimiento de la violencia ácida “es un pequeño pasito” que comenzará a garantizar a las víctimas el seguimiento de sus casos. No obstante, enfatizó que autoridades deben actuar con perspectiva de género y sin revictimización, y la sociedad sin machismo.
El 2 de marzo, Puebla se convirtió en la primera entidad del país en aprobar la "Ley Malena", que considera la violencia ácida como intento de feminicidio y establece penas de 25 a 40 años de prisión para los agresores.
Esta información forma parte de la investigación especial Sobrevivir juntas a la violencia contra las mujeres y se realizó en el marco del Día Internacional de la Mujer (#8M).